José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


30 de noviembre de 2012

Las matemáticas no engañan, los sentimientos sí



El derbi madrileño que se disputará el próximo sábado en el Santiago Bernabéu le servirá al Barcelona para una sola cosa: Ponerle cara a su verdadero enemigo durante esta temporada. Imposible conocer la cábala correcta. Lo que tengo completamente seguro es la necesidad de los conjuntos madrileños por ganar. Un empate sería un resultado completamente inesperado y al mismo tiempo dejaría a mi juicio la liga absolutamente sentenciada para los de Tito Vilanova. Efectivamente, las tablas en el marcador, en el caso de que se desee matar lo sentimental con las matemáticas, sería el resultado más interesante para los culés.

27 de noviembre de 2012

Se busca mentiroso

Se busca mentiroso compulsivo para desempeñar labores ejecutivas en una entidad deportiva de extinta reputación. Salario según convenio y funciones según conveniencia. Los candidatos deberán cumplir los siguientes requisitos: Tener una reputación intachable, experiencia en el mundo del fútbol, poca personalidad y haber desarrollado su carrera profesional en el Real Madrid, a ser posible en el terreno de juego. No es un requisito imprescindible pero será muy valorable carecer de vergüenza torera y poseer inclinación por las quejas arbitrales. El trabajo se desarrollará bajo la supervisión y siguiendo las órdenes del Mánager General de la organización. Las principales funciones a desarrollar consistirán en: Negar la evidencia, machacar a los árbitros en la derrota aunque no se haya perjudicado a la entidad, criticar de forma cínica a los jugadores, enfrentarse a los medios de comunicación que hagan su trabajo con honestidad, atacar continuamente al Barcelona sin nombrarlo, expandir una absurda teoría sobre el calendario futbolístico, criticar a otros empleados del club minimizando la labor de la cantera, acoso y derribo a los rivales y ridiculizar a nuestra propia afición. Será requisito imprescindible adorar continuamente el currículum, la trayectoria y las decisiones adoptadas por nuestro líder espiritual. Absténganse aquellos aspirantes que disfruten en la actualidad del más mínimo resquicio de escrúpulos y sentido común o tengan el más mínimo aprecio por su propia reputación. Los interesados pueden enviar su candidatura a la dirección Avenida Concha Espina, 1. 28036. Madrid. Indiquen en el sobre la referencia: Quitaverguenzas de Mourinho.

23 de noviembre de 2012

Botas de tacos o mocasines de piel

Cuando el fútbol era un deporte reservado a mitos con botas alejado de dogmas tribales amparados por la ciega fe. Barcelona y Real Madrid se separan en mitad del camino que les ha llevado a elegir entre uso de razón o religión, entre botas de tacos o mocasines de piel.

Si de algo se han librado Madrid y Barça en su centenar de años ha sido de mitos burocráticos al estilo Caneda, Jesús Gil o Ruiz de Lopera. La mayor diferencia entre los dos grandes de la España futbolística y el resto de equipos no ha sido nunca la económica, ni la mediática ni la capacidad de influencia, ni los títulos ni los arbitrajes. El acceso al sancta sanctorum de clubes de tal tamaño y repercusión ha sido la distinción más notable entre los dos y el resto. Ramón Mendoza en 1985 tras ganar sus primeras elecciones decía que “ser presidente del Real Madrid es más importante que ser ministro”. Merengues y culés eran considerados la civilización ante la tribu, anteponían los medios a los fines y el orden al descontrol. La masa social de ambas entidades siempre han mantenido un derecho y un deber en el preámbulo de una constitución no escrita: El derecho a disfrutar del mejor fútbol y el deber de revisar diariamente un decálogo de valores impecables. El socio o el sosi trasmutado en centinela del club. Hubo una época en que los presidentes de turno dormían tranquilos porque sus peores enemigos velaban por la entidad.

22 de noviembre de 2012

El príncipe sin principado

No tuvo una infancia sencilla porque los recuerdos de su niñez aún huelen a balón prestado y lámpara de carburo. Desde muy joven sabe lo que es el dolor; con solo 4 años se destrozó el fémur y con 29 se fracturó la tibia. De pequeño le diagnosticaron cojera permanente, de mayor mil veces el final de su carrera. Cambió el candil por la pelota y la mina por el césped, encontró oro sin ni siquiera buscar carbón. El minero sin mina, el futbolista errante de mirada hierática, de sonrisa triste y alma asturiana. David Villa no necesitó nacer en Cataluña ni Madrid para convertirse en uno de los mejores futbolistas de la historia del fútbol español. Simplemente nació un buen año en un buen sitio, no pertenece a ninguna quinta, nunca ganó el premio bravo ni tampoco un mundial juvenil. No pernoctó en la masía ni conoce al utillero de la fábrica. Su padre no sabe bailar sardanas ni tampoco juega al mús. Villa no explotó en el Bernabéu ni selló su debut en Old Trafford. El jugador de Tuilla trazó su carrera con la misma paciencia que el sedimento vegetal se convierte en carbón.

21 de noviembre de 2012

Poneos por un momento en su lugar

A medida que pasa el tiempo y las ruedas de prensa empiezo a comprender cada vez más a José Mourinho. Por un momento pónganse en su lugar. Solo hay que hacer un pequeño ejercicio de imaginación para entender lo doloroso que debe ser empezar una carrera profesional tan exitosa como precoz y comprobar con el paso de los años que tu trabajo a penas ha servido para amasar dinero, levantar copas y reventar escudos. Pienso en el Mourinho de hace veinte años cuando intentaba encontrar un paralelismo jocoso entre las gracietas de Robson y el humor español. Todo un mundo por descubrir rodeado por un futuro incierto alimentado de múltiples ilusiones. Denostado traductor culé, debió mezclar en más de una ocasión su futuro con sus sueños y su rabioso pasado con su personalidad. Quién no sufrió para conciliar el sueño alguna vez por dormir triunfando en aquel sitio donde solo te dejaron fracasar. Qué mayor volumen de resentimientos que aquellos que se guardan en una maleta por salir sin pena ni gloria del lugar que te formó y no te dio una oportunidad. Algún día volveré, debió pensar.

17 de noviembre de 2012

Por los clavos de Cristiano

¡Hala Madrid! Gritaba Cristiano hace tres años y medio bajo la hipnotizada  mirada de Florentino Pérez. Ochenta mil madridistas coreaban el nombre de Ronaldo con la misma ilusión que unos días antes coreaban el de Kaká. Ambos jugadores iniciaban su paseo por la casa blanca con el objetivo y el deber de llenar el vacío que empezaban a dejar eternos símbolos como Guti o Raúl. El Madridista de a pie aplaudía a sus futuras estrellas con la misma ilusión que un niño de 10 años emplea en escribir la carta a los reyes magos varios días antes de Navidad. Ellos lo pidieron y Florentino se los regaló, con matices, pues el Madrid no los compró a precio de saldo. Cuando Kaká llegó al conjunto merengue, lo hizo agarrado a una etiqueta de jugador extraordinario, crack de talla mundial. Ni siquiera un necio negaría en su momento las cualidades del futbolista brasileño que a la postre no ha tenido la fortuna de mantener. Tres años después, el jugador no está deportivamente amortizado, parece que según el presidente madridista, el activo sí. Son simples errores de personajes advenedizos desubicados en el mundo del fútbol, que olvidan de dónde vienen y no parecen saber adónde van. Es el problema de tener una visión empresarial de un mundillo donde no se compran activos, sino que se fichan personas. No se necesita ser economista para dudar de la rentabilidad económica de esta operación, tan solo se necesita no ser un cegado madridista. De admitir como ciertas las cuentas de Florentino con respecto a Kaká, podría tacharse a Adam Smith de comunista y podría interpretarse como un logro financiero vender al jugador por un solo millón de euros. Si está amortizado ya están tardando, porque Kaká nunca vino y por tanto no volverá.

14 de noviembre de 2012

Mentiras telefónicas y verdades de plató

Existen tres tipos de profesionales en los medios de comunicación: Los que cuentan la verdad o su verdad, los que cuentas sus mentiras y los que cuentan las mentiras de otros. Me gustaría centrarme en este último tipo porque los inquilinos de dicha categoría están  alcanzando cotas irritantes en la mayoría de sus intervenciones. El periodista tiene la obligación de sospechar de sus fuentes para evitar que el receptor del mensaje sospeche de la información. Hace tiempo que esta máxima del mundo de la comunicación en algunos casos fue debidamente matada, celebrada y enterrada. Corren otros tiempos, ya no se busca la inalcanzable verdad, ahora se encuentra la interesada realidad. Se hace cada vez más insoportable seguir medios de información que en los últimos tiempos han mutado a gabinetes de comunicación.

12 de noviembre de 2012

Lo peor de todo es que es creíble

Los antecedentes avalan a los protagonistas que se dieron cita ayer en el estadio levantino. Tras un partido marcado por agua y sangre, lucha y fuerza; los futbolistas del Levante y el Real Madrid acabaron mal un encuentro que nunca debió disputarse por el estado del terreno. Las pérdidas de equilibro y el descontrol de la fuerza en los contactos cuerpo a cuerpo se incrementaron por la lluvia. No hicieron más que agravar una situación que ya de por sí era peligrosa si tenemos en cuenta los últimos encuentros que han disputado ambos conjuntos. El Real Madrid tiene un nuevo derbi en tierras alicantinas, forja un nuevo enemigo íntimo a más de trescientos kilómetros. Allí por donde pasa, la nueva ola de despropósitos con poco estilo, de entrar al choque con o sin motivos y de responder a la provocación o a la fuerza con la misma fuerza, está desencadenando con o sin razón una marejada de odio allí por donde deja su olor. Cada vestuario que pisan y cada escudo que pisotean algunos de sus futbolistas dejan un rastro inconfundible de golpes, amenazas, críticas y provocaciones. Los vestuarios locales en campo contrario empiezan a convertirse en zonas cero tras el paso del conjunto madridista. Lo que antes era aceptable de forma puntual y fortuita, un mal día para el conjunto blanco, se ha convertido de forma irremediable en su pan de cada día. Dos no se pelean si uno no quiere y al mismo tiempo dos se pelean si ambos quieren.

7 de noviembre de 2012

Peligro, Cristiano no va a lanzar

Empieza a situar el balón justamente donde el árbitro se lo indicó. Su mirada está concentrada mientras lo acomoda. No hay nadie a su alrededor, no expresa ninguna inquietud por lo que le rodea, es una gran oportunidad porque la distancia es aceptable. Mientras tanto, el árbitro cuenta nueve pasos y aleja la barrera de adversarios. Sus compañeros le observan desde una distancia prudencial, nadie se atreve a molestarle. Él aún continúa mirando la pelota, su cuerpo está inclinado sobre ella y sus brazos extendidos la sitúan sobre el suelo. La pierna de un compañero se acerca por la zona izquierda, es la de Xabi Alonso, la observa de reojo sin levantar la mirada. El portero todavía está colocando la barrera sin ninguna medida excepcional, es la rutina. Empieza el ritual: Coloca el pie izquierdo junto al balón, el derecho lo retrasa a una posición natural, vuelve a mirar el esférico y levanta la cabeza, obtiene una visión general de la situación; retira la pierna izquierda del perímetro de la zona de golpeo y se vuelve cinco pasos hacia atrás; piernas abiertas, brazos en jarra y vuelve a mirar la portería, comienza la carrera de golpeo mirando al suelo; los adversarios que componen la barrera extienden las palmas de su manos para intentar cubrir con sus extremidades superiores la máxima extensión de su cuerpo, sus genitales o su cara corren peligro, saben que hay un 99 por ciento de posibilidades de que el balón les golpee con dureza.

5 de noviembre de 2012

De mirlos blancos a palomas heridas

Hace dos años que cumplió los 23 y acaba de quitar un banderín que adornaba la pared de su habitación. Era el último recuerdo material que le quedaba de aquel Lanzarote-Castilla. Su sueño se rompió, el tiempo había vencido y la realidad le había traicionado. La blanca pared tornada ocre por la tibia claridad, apenas deja ver las marcas de adhesivo que en otro tiempo sustentó el mural de una juventud marcada por el fútbol. Ya no queda ningún póster, ni caras burlescas a la cámara mientras sujetaba el trofeo con sus manos, ni aquella imagen estrechando la mano del presidente. Todas las fotos están arrugadas por el paso de los meses. Ya no hay esperanza, todos los recuerdos se guardan en el cajón de un viejo armario. Es muy tarde para alimentarse de sus sueños, pues los sueños hoy en día son escasos en un lugar donde solo mora  una verdad.