José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


21 de junio de 2012

Arbeloa: Espartano y funcionario


Estaba situado en una pared, a pocos metros de una mesa llena de papeles. Marcaba las tres menos cinco. Mientras el interlocutor bajaba la frente para buscar un documento en una carpetilla azul con su nombre inscrito para caso de pérdida, el oficinista elevaba su cabeza buscando las tres en punto en aquel reloj que paseaba sus agujas en un baile que parecía eterno.

El fútbol es el arte más desarrollado del siglo veinte porque en cada uno de nosotros hay un marchante y un experto. Artistas del balón basan sus obras instantáneas en la creatividad y el ingenio porque no se puede diseñar una obra de arte sin haberla soñado previamente. Jamás una declaración de la renta tendrá un hueco honorífico en el museo del Louvre. Arbeloa no es un pintor de brocha fina porque se levanta a las siete para estar a las ocho en la oficina del fútbol. Desde su mesa verá pasar las horas, las caras y el tiempo con nerviosismo hasta que toque las tres y se cierre la oficina. Los genios talentosos del deporte no tienen horarios porque trabajan por las noches, mientras duermen dibujan sus jugadas que al día siguiente convertirán en obras de arte para exponerlas en la galería del fútbol mundial. Arbeloa no tiene ese talento, Arbeloa es un funcionario del fútbol.