José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


30 de octubre de 2012

Un futbolista para sordos

Acaba de levantarse un trozo de césped en el centro del campo, él no ha sido. Su fútbol es silencioso porque apenas levanta briznas de hierba a su paso. Su figura quijotesca delata su edad, no tiene un gramo de grasa en su abdomen porque no la necesita. A sus años podría tener acné, sin embargo su cara es fina como su cuerpo, es sencilla como su fútbol. No levanta pesas como otros centrocampistas, prefiere levantar títulos, la fibra le domina. Sus piernas han adelantado a su cerebro, pensar es para lentos. Alguien se ha preocupado del trozo de césped que la bota de un adversario levantó previamente, lo tapa con la suya porque su metro noventa de pases solo respira a ras de suelo.  No es el más rápido en carrera, pero es el más veloz en el juego. Si te enfrentas a él en su terreno, estás perdido. Nunca tiene el foco sobre su camiseta, nunca ganará un Balón de Oro, su fútbol es para amantes del minimalismo, para obsesos del detalle. Las cámaras le obvian porque solo siguen el balón, pero él siempre está, y cuando no está, aparece por sorpresa. Regatea los recortes de periódicos porque no marca goles, su misión es construirlos y evitarlos. No sale en revistas del corazón, la prensa de fútbol especializado es su paraíso. Un ciego nunca sabría que juega en el Barcelona o la selección, un sordo lo nombraría el primero. Su juego solo obtiene reconocimiento si te aíslas con él, si lo esperas, si lo persigues por el campo mientras Messi pisa el área. Su obra se gestó en un barrio obrero, su nombre es Sergio Busquets.