José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


7 de mayo de 2012

Cuando el viento sopla

El roce en la parte más escondida de su nuca le producía una agradable sensación y a pesar de esa placentera brisa, repetía a cada instante el amago de subirse el cuello de su suave camisa. Transparente, fresco, indomable y caótico, el viento luchaba contra otros vientos por acariciar sin tocar cada rostro, cada mano o cada retazo de piel que quedaba al descubierto.

Se acerca el final de todas las competiciones y parece que detrás de una temporada solo quedan los números. Los matemáticos del fútbol, los estadísticos del balón a los que solo les falta medir su presión, el rozamiento del aire y la simetría de cada tallo de césped, prefieren resumir la temporada en decimales antes que malgastar un segundo en depurar sus propias sensaciones. Estos científicos del deporte reparten atributos y aniquilan espíritus con el filo de una navaja cartesiana. Durante la temporada utilizan frases como “el fútbol es un estado de ánimo”, o “las estadísticas están para romperlas, o en fútbol 2 más 2 no son 4, o incluso “tengo la sensación, el presentimiento…” Sin embargo, de nada sirve todo esto porque al final de meta todo está perfectamente organizado por los números naturales y los capullos enteros. “Cada equipo ocupa la posición que le corresponde, el fútbol es justo, los árbitros reparten justicia por igual, han sido treinta y ocho jornadas, etc, etc, etc”

Evidentemente, para prestar un poco de atención a las teorías irrefutables de los números es preciso medir previamente la velocidad, la intensidad y la presión del viento, que también son números. Cuando los vientos se desplazan desde una zona de alta presión hacia una de baja presión se producen los vientos globales, aquí se puede determinar en cada región los vientos dominantes. La escala de Beaufort mide la intensidad y la velocidad de los vientos. Pero sobre todo, lo más importante es saber la dirección hacia donde sopla el viento, porque conociendo la dirección y procedencia, conoceremos el resultado.


Llega el campeón de liga con 7 puntos de ventaja sobre el Barcelona, la teoría numérica resultadista dice que la temporada de los culés es un fracaso y el Real Madrid ha sido muy superior porque así lo dicen las cifras. En este caso el viento sopla a favor de los números, por tanto, se aconseja prescindir de las sensaciones. Que el Barcelona ha dado auténticos recitales y espectáculos impresionantes dignos de recordarse en cincuenta años, eso no importa, lo que importan son las estadísticas. Que el Madrid ha estado criticado muy duramente por los propios numéricos durante una gran parte del campeonato porque los números dejaban huérfanas a las sensaciones y los números no les salían, pues eso ya no importa, solo hay que ver la clasificación, los números no mienten.

El Real Madrid es superado futbolísticamente en sus dos partidos de Champions contra el Bayern de Munich mientras que el Barcelona se mereció pasar porque arrasó al Chelsea en ataque en defensa y en el centro del campo, tácticamente y estéticamente en la ida y en la vuelta. No hay diferencia entre un camino y otro, no hay análisis puesto que ambos equipos han sido eliminados en semifinales. Los números se vuelven a imponer a las sensaciones porque 2 más 2 son cuatro y el viento en este caso es bastante claro a favor de la equidistancia matemática.

Cuartos de final de copa del Rey, partido de ida, el Barcelona hace sufrir al Madrid en su propio campo y a pesar de todo se lleva una ventaja corta para el juego desarrollado entre uno y otro conjunto. El Madrid consigue salvar los muebles y al menos tres expulsiones. Partido de vuelta,  primer tiempo, el Madrid sufre un correctivo; el Madrid casi pasa la eliminatoria con un segundo tiempo soberbio. Resultado: El viento aconseja que se prescinda del partido de ida y solo se tenga en cuenta las sensaciones del segundo tiempo del partido de vuelta ¿Números, qué números o no has visto como jugó el Madrid durante 45 minutos y que mereció pasar?
Partido de liga en el Bernabéu sin viento y partidos de supercopa en agosto llenos de múltiples y buenas sensaciones que solaparon ecuaciones y desplazaron raíces cuadradas.

La pasada temporada el Barcelona le endosaba 5-0 al Real Madrid en un partido de liga, sin embargo, la teoría numérica resultadista decía con el viento en contra que la diferencia entre un equipo y otro no era esa. En ese caso el viento dijo que ni se tuviesen en cuenta los números ni las sensaciones.
Es evidente que el tiempo sopla y lo hace en todas direcciones, pero ni los números soplan, ni tampoco las sensaciones. Por eso no deja de ser curioso que algunos fanáticos de sus propias mentiras utilicen pértigas sin vértigo para saltar de unos criterios a otros sin importarles los resultados y tampoco los seguidores.