José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


4 de marzo de 2013

Un minuto de silencio

Apenas sopla el viento en la ciudad condal, pequeñas ráfagas, frío moderado y demasiadas posibilidades de precipitaciones. Una leve brisa mediterránea no es suficiente para que se agiten los papeles en el aire o haga cabalgar por el asfalto a las marchitas hojas que lograron a duras penas esconderse del invierno. Ni siquiera el viento logra agitar las banderas del Camp Nou frente a un horizonte gris tapado por la bruma al nivel del mar. Dos partidos de fútbol solo han necesitado cinco días para aparcar el tiempo y paralizar el alma deportiva de una inmensa ciudad. Las gradas blaugranas parecen empezar a rendir homenaje a este Barça glorioso como si ya fuese de otra época. Un eterno minuto de silencio en las tertulias televisadas, en familia, ante los informativos del almuerzo, en el trabajo, ante la máquina de café. Un halo de resignación ante el quiosquero madridista y una mirada de reojo hacia la prensa deportiva con el cuello torcido y la mano en la barbilla. Algunos ya empiezan a velar el cadáver de una filosofía maravillosa, coqueta, embaucadora e irresistible. Doblan las campanas en algún espigado campanario del Ampurdán, el monaguillo apura sus esfuerzos, la noche se acerca. Una señora mayor en su balcón se acuerda de Guardiola mientras riega los geranios, los mima con sus dedos ¿qué pensará Pep de todo esto? ¿le habrán pedido algún consejo?