José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


17 de abril de 2014

Aquí yace un equipo histórico



Seguro que están en el fondo de un olvidado cajón de su despacho, quizás en una anotación descolorida al final de un pequeño cuadernillo de presagios, o grabado en los oídos de cualquiera que aquellos días le prestase algo de atención. Quizás sus premoniciones, ayer intuición hoy realidad, estén escondidas en un rincón de su mente cristalina.  Guardiola lo dijo sin palabras, lo dijo con su marcha a ninguna parte, lo proyectó en la fugacidad de su retiro, en su espalda rasgada por la daga en aquella rueda de prensa de su adiós, sentado entre Caín y Caín. Nadie supo interpretar su año de luto, sus elegantes silencios, los auténticos  motivos de su destierro a las antípodas de Barcelona, del planeta, del fútbol y del club de sus sueños. Guardiola puso tierra de por medio entre su alma y su mente, entre el triunfo y la decadencia. Saltó por la borda al mar como un capitán al que el patrón le ha robado los galones. Supo alejarse de su propia obra porque aquellos días descubrió que bajo la pintura blaugrana solo había recuerdos y bajo los recuerdos barniz y bajo el barniz una capa de óxido oculto y corroyente.