José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


25 de octubre de 2012

Mou, el bromista de la triste sonrisa

La lengua de Mourinho siempre comienza donde finaliza su mano. Pues parece ser que jamás se le ha visto solapar un problema con su sentido de la responsabilidad. El técnico portugués habla mucho del resto y poco de él, habla mucho de lo demás y poco de fútbol. En estos momentos, la técnica de responsabilizar a sus jugadores o a las malas artes del equipo rival se encuentra convaleciente por agotamiento sociológico. Mientras tanto, en el manual de instrucciones de la culpa arbitral se puede observar en letras mayúsculas: “SOLO PARA USO DOMÉSTICO. ES PELIGROSO SU USO EN EUROPA”. Cuando podría percibírsele como un técnico acorralado, lejos de dormir su boca, despierta su mente y no se le ocurre mejor idea que echar la culpa de todo a las maquiavélicas bolas del sorteo de Champions. Es curioso que haya ganado sus dos únicas Copas de Europa por el expreso deseo de la divina providencia, y ahora que le tuerce el camino, le clava una navaja criticando sus caprichos.