José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


26 de marzo de 2013

Problemas al margen



Miles de personas se manifestaron ayer por las calles de Paris con la firme intención de oponerse al matrimonio homosexual. Como era de esperar en Francia, el país de la revolución por antonomasia, hubo enfrentamientos y la policía lanzó gases lacrimógenos cuando la protesta se extendió a los Campos Elíseos. Las calles parisinas adquirieron por momentos el gris ocre del siglo XVIII, mientras los gendarmes practicaban algunas detenciones entre los homófobos. Mientras todo eso ocurría, dos integrantes de la selección española de fútbol, caminaban por las calles parisinas con una tranquilidad absoluta, disfrutando de la vista, sin nadie que les molestase, sin nadie que les interpelase. Uno con paso tranquilo y el otro ralentizando su zancada para acompañar el ritmo del otro.

25 de marzo de 2013

Una trampa de Del Bosque


Si me despojo de mi absoluta simpatía por el personaje, solo me queda decir que cada vez que veo jugar a la selección, aumenta mi convicción de forma progresiva de que Vicente Del Bosque hace estupideces de forma voluntaria. Ni me parece un mal entrenador, todo lo contrario, ni mucho menos me parece una mala persona, sino lo opuesto. Desde que el salmantino tomó las riendas de la selección nacional se ha acomodado en la silla del estancamiento. El equipo que vemos hoy es el mismo de hace cuatro años, ni ha evolucionado nada ni tampoco lo ha pretendido. En cuatro años ha sabido mantener sus virtudes pero no ha pretendido limar sus defectos. Del Bosque demuestra con sus actitudes que es un calculador equilibrado con el sano pero absurdo objetivo de mantener el status quo total en el equipo nacional. Se trata de otro técnico a la vieja usanza que dosifica sus tozudeces de forma controlada, haciendo encaje de bolillos para que no se puedan comparar sus cuentas con las de los que pensamos de forma diferente.

13 de marzo de 2013

Poder blaugrana

Tan solo hicieron falta cinco minutos de partido para que apareciese Abbiati amagando la estirada para atajar un balazo con la mirada. Se encogió de hombros a un palmo de la línea de gol, tan solo le dio tiempo al ademán de alzar los brazos cuando un latigazo lanzado por Messi se cruzó con su mirada. El portero argentino tan solo pudo agarrotar sus músculos y encoger la mirada mientras intentaba ver pasar el balón por la escuadra derecha. Golpeó el Barça muy pronto, golpeó Messi con un zurdazo por la escuadra tras una pared con Xavi en el balcón del área.

6 de marzo de 2013

Así ganó el Madrid

Quizás son siete u ocho escalones los que separan el banquillo, de rojizo ladrillo, del césped de Old Trafford. Los recorrió con un movimiento torpe pero rápido, como una gacela, con los ojos desencajados y los brazos en alto. El ritmo de su boca mascando chicle de forma compulsiva bien podría ser un fiel reflejo de sus pulsaciones. Sir Alex Ferguson estaba fuera de sí, solo habían pasado once minutos del según tiempo y Nani había sido expulsado. Su idea del encuentro se vino al traste porque un árbitro Turco vio lo que no pudo observar Nani al girarse: Arbeloa en una disputa del balón. El jugador portugués alzó su pierna y el árbitro alzó la roja.

4 de marzo de 2013

Un minuto de silencio

Apenas sopla el viento en la ciudad condal, pequeñas ráfagas, frío moderado y demasiadas posibilidades de precipitaciones. Una leve brisa mediterránea no es suficiente para que se agiten los papeles en el aire o haga cabalgar por el asfalto a las marchitas hojas que lograron a duras penas esconderse del invierno. Ni siquiera el viento logra agitar las banderas del Camp Nou frente a un horizonte gris tapado por la bruma al nivel del mar. Dos partidos de fútbol solo han necesitado cinco días para aparcar el tiempo y paralizar el alma deportiva de una inmensa ciudad. Las gradas blaugranas parecen empezar a rendir homenaje a este Barça glorioso como si ya fuese de otra época. Un eterno minuto de silencio en las tertulias televisadas, en familia, ante los informativos del almuerzo, en el trabajo, ante la máquina de café. Un halo de resignación ante el quiosquero madridista y una mirada de reojo hacia la prensa deportiva con el cuello torcido y la mano en la barbilla. Algunos ya empiezan a velar el cadáver de una filosofía maravillosa, coqueta, embaucadora e irresistible. Doblan las campanas en algún espigado campanario del Ampurdán, el monaguillo apura sus esfuerzos, la noche se acerca. Una señora mayor en su balcón se acuerda de Guardiola mientras riega los geranios, los mima con sus dedos ¿qué pensará Pep de todo esto? ¿le habrán pedido algún consejo?