Se busca mentiroso

Se busca mentiroso compulsivo para desempeñar labores ejecutivas en una entidad deportiva de extinta reputación. Salario según convenio y funciones según conveniencia. Los candidatos deberán cumplir los siguientes requisitos: Tener una reputación intachable, experiencia en el mundo del fútbol, poca personalidad y haber desarrollado su carrera profesional en el Real Madrid, a ser posible en el terreno de juego. No es un requisito imprescindible pero será muy valorable carecer de vergüenza torera y poseer inclinación por las quejas arbitrales. El trabajo se desarrollará bajo la supervisión y siguiendo las órdenes del Mánager General de la organización. Las principales funciones a desarrollar consistirán en: Negar la evidencia, machacar a los árbitros en la derrota aunque no se haya perjudicado a la entidad, criticar de forma cínica a los jugadores, enfrentarse a los medios de comunicación que hagan su trabajo con honestidad, atacar continuamente al Barcelona sin nombrarlo, expandir una absurda teoría sobre el calendario futbolístico, criticar a otros empleados del club minimizando la labor de la cantera, acoso y derribo a los rivales y ridiculizar a nuestra propia afición. Será requisito imprescindible adorar continuamente el currículum, la trayectoria y las decisiones adoptadas por nuestro líder espiritual. Absténganse aquellos aspirantes que disfruten en la actualidad del más mínimo resquicio de escrúpulos y sentido común o tengan el más mínimo aprecio por su propia reputación. Los interesados pueden enviar su candidatura a la dirección Avenida Concha Espina, 1. 28036. Madrid. Indiquen en el sobre la referencia: Quitaverguenzas de Mourinho.

Este largo ejemplo, podría ser paradójicamente el resumen de lo que el actual técnico del Real Madrid añora en su actual situación. Mourinho necesita a su disposición una persona que haga el trabajo sucio, ya no puede desgastarse más porque sus justificaciones empiezan a perder la connotación absurda y con el paso del tiempo se van transformando en ridículas. Necesita a alguien en el club que esté dispuesto a correr el riesgo por un módico precio de lanzar a los cuatro vientos sus excusas mientras él calla, mira y asiente. En definitiva, necesita un Eladio Paramés con carné de madridista y alma española. Es evidente que ni antes Valdano, ni ahora Butragueño o Pardeza parecen dispuestos a sacrificar su reputación y traicionar su propia educación por satisfacer las locuras, no del Real Madrid, sino de su entrenador. Lo que el técnico portugués le pide al Real Madrid es un acto de masoquismo, una demostración de contrición forzosa. Para satisfacer al técnico, el Real Madrid tendría que contratar a un empleado, ponerlo a la disposición absoluta de Mourinho para que pueda atacar de forma indirecta a la propia entidad y a todo lo que le apetezca. De locos. La idea de Mourinho es encontrar a la persona idónea, alguien a quién aún le quede reputación que perder, alguien creíble pero con capacidad de mentir. La búsqueda será difícil y larga pues tiene que encontrar una persona que esté dispuesta a desempeñar  todo esto a la vez que se mantiene en su sano juicio. Quizás Por esta razón hayan sido descartados ex-futbolistas con un perfil tan idóneo como Paco buyo.

Mientras el técnico portugués fija sus esfuerzos en resolver chismorreos palaciegos, su equipo se derrumba en la liga y se desangra en Europa. Ramos desesperado, Ozil en caída libre, 30 millones con acento portugués recorriendo la banda sin ton ni son, pepe lanzando pelotazos, Alonso rebasado, Modric desengañado, Arbeloa desnudado, Benzemá insuficiente, Di María exaltado, Khedyra desubicado y Cristiano Ronaldo desparecido. Mientras el equipo blanco toca el fondo del fútbol más simplista y demacrado, su entrenador se empeña en hacer creer al aficionado que la solución a todos estos problemas es contratar a un portavoz para no sentirse solo. Como si la represión a Gianluca Rocchi, árbitro del City-Real Madrid, fuera a resolver los problemas del horroroso juego que desempeña el Madrid. O como si atacar a la Uefa fuese a devolver los 42 millones de euros que costó Modric para poder fichar a Silva. Criticar al Barcelona no devolverá al desterrado Carvajal para sentar en el banco al inoperante Arbeloa. Machacar a Toril tampoco cambiará a Coentrao por Bale o a Khedyra por Bastian Swanstaiger. Criticar el calendario tampoco devolverá la forma a Cristiano o la confianza a Ozil y Benzemá. Tampoco pondrá a Beñat o Javi Martínez en el Madrid y a Kaká regalado en el Milán, el hecho de que Mourinho o su deseado portavoz estén continuamente criticando a sus propios aficionados.

Mourinho lleva tres años en el Madrid y ha demostrado por segunda vez que solo sabe conformar un proyecto para dos. Tres años son demasiados para Mourinho, no tiene experiencia en proyecto largos y ha demostrado claramente, antes en el Chelsea y ahora en el Madrid, que su fútbol rácano y su rastro dañino más de dos años no hay cuerpo que lo aguante, ni el de los aficionados ni el de los propios futbolistas. Más allá de las dos primeras temporadas se extiende el abismo. Mourinho en solo dos temporadas ha pasado de tener un equipo en construcción a tener ahora una entidad en autodestrucción.