José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


13 de septiembre de 2012

Alfonso, "usted primero"


Hace ya tanto tiempo que dejé de creer en los ideales políticos que ni si quiera recuerdo si algún día los tuve. Este pensamiento me ha venido a la cabeza tras oír ayer a Pep Guardiola transmitir su apoyo desde Nueva York para una Cataluña independiente. En realidad es algo que se intuía, por su entorno social, por sus movimientos y por el amor exclusivo a su tierra que con tanta asiduidad ha demostrado ante los periodistas. La implicación del ex-entrenador culé con la causa catalana no es una novedad, viene desde muy lejos y no se ha forjado de un día para otro. Como entrenador ha sido bastante discreto a la hora de meterse en este tipo de charcos, sin embargo, ya como jugador, no sé si por pecado, valentía o rebeldía de juventud, Guardiola no fue tan ambiguo a la hora de expresar este tipo de inclinaciones. Fue bastante clarito. Por este motivo me sorprende bastante que su ex-compañero tanto en el Barcelona como en la selección nacional haya quedado tan sorprendido y decepcionado. Quizás se haya tomado más en serio de lo que merece, su participación en la liga Fertiberia y se haya enclaustrado en un centro de alto rendimiento. A Guardiola no le ocurre lo que me ha ocurrido a mí, que ni siquiera recuerdo si algún día tuve ideales políticos, Guardiola ha ido dejando miguitas de pan a lo largo de su extensa carrera.