José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


21 de mayo de 2012

Cruzcampo, Adidas, TORRES, Chevrolet, Iberdrola…

Mano sobre mano intentaba retener la arena amontonada con el esfuerzo de todo un atardecer. El agua, empapada de sal, conchas y restos de sedimentos luchaba por alcanzar su meta y abrazar su destino suspirando entre olas de una ley natural. Las manos de aquel niño ya no podían retener la fuerza del mar que consumía entre sus dedos los restos de aquel castillo elaborado de forma artificial…

Acabó la Champions y dejó la guinda para el Chesea que terminó devorando a los alemanes de Múnich. No sé si algún inglés habrá quebrado alguna casa de apuestas, pero de lo que sí tengo constancia es de que no hay nada metafísicamente imposible cuando se desarrolla una actividad que a veces no parece estar regida por la física, sino más bien, entregada a los caprichos de algún ser divino y travieso empeñado en hacernos creer que este deporte llamado fútbol es cada día más ingobernable. Regido por el caos y manejado por la divina providencia que esta vez le mostró los dientes para sonreír, el Chelsea es el nuevo campeón de Europa por méritos propios y por deméritos impropios.