José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


27 de marzo de 2014

Balas de fogueo



Cayó el Real Madrid en Sevilla mientras el artífice de la conspiración arbitral resoplaba en un palco oscuro del Ramón Sánchez Pizjuan por las ocasiones perdidas. El señorito andaluz sobre ruedas con un mal disimulado acento caló regresó a la que aún cree su casa, pero lo hizo a hurtadillas. Se escondió en la zona noble, a la que solo le faltaba un gato blanco para acariciar, protegido por cristales de dos centímetros y gafas de sol en plena noche. Ayer su presencia no tenía sentido, la culpa no fue exclusiva del árbitro porque el cupo de quejas madridistas contra el justiciero estamento ya está mal agotado. Curiosamente tras el encuentro, el Real Madrid podría haberse quejado del árbitro por dos penaltis claros a Cristiano Ronaldo, a pesar de que la falta que materializó muy a su estilo venía precedida de un derribo inexistente. Sin embargo el reclamo penoso carecía de sentido porque tras el clásico CR7 y Sergio Ramos decidieron disparar al árbitro con balas de fogueo para tapar sus ridículas actuaciones sobre el césped. Ayer podrían haber seguido atacando, pero la recámara ya está vacía de balas de verdad como lo está la paciencia de sus propios aficionados.