José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


30 de abril de 2012

El ninguneo de nadie

Inclinó las rodillas dejando caer el resto del cuerpo sobre sí mismas en un movimiento rápido y seco. Agachó la cabeza mientras suplicaba perdón rodeado de aquel ambiente mal oliente, aún olía a azufre. Frente a él, sentado en aquel trono de barro y arcilla, estiró el brazo hasta alcanzar su cabeza y con un movimiento pausado y lento le espetó: Nada tengo que perdonarte porque nada eres.
La marcha de Guardiola en el seno más visible del Real Madrid ha obtenido como premio el ninguneo. El segundo acto más rencoroso que una persona puede expresar es la negación de los méritos evidentes del rival, del oponente o del enemigo público cuando una vez acabada la guerra no se tiene más que envidia y desprecio. En el cuerpo técnico del Real Madrid nadie quiere fumarse la pipa de la paz, pareciese que como Coentrao, estandarte de la política de fichajes de Mourinho entonó en su día el fumando espero, nadie quiera arriesgarse a que lo cojan fumando aunque sea por la paz, no vaya a ser que esta vez sí, se enfade el jefazo. El Madrid se ha convertido en un sitio libre de humos pero no de malos humos, que es lo único que parece entonar a su más alto representante técnico. Si esa es la segunda máxima expresión de rencor, la primera siempre está guiada por el silencio mutis porque además demuestra cobardía y delata intenciones. Digo algo pero no digo, quito pero pongo, difumino pero aclaro, elogio sin elogiar y desprecio sin despreciar al que ha sido tu bestia negra y máximo oponente durante mucho tiempo y que ha tenido siempre el mayor respeto que se puede tener en ese tipo de situaciones.
Para Pep Guardiola esta batalla ya ha acabado pero algunos señores, que antaño justificaban sus abusos y provocaciones en que ese era su estilo de ganar y que para ello usaban cualquier arma aunque fuese dialéctica, parecen desmontar su propia teoría de “el fin justifica los medios” porque ya se ha llegado al final y se siguen manteniendo los mismos asqueroso medios.  Detesto a ese tipo de gente que se dejan guiar por las pasiones más mundanas y no hacen nada por reprimir su envidia, su odio y su cólera. No sé a ciencia cierta, el otro día en sala de prensa, si Mourinho sacó a pasear a su guiñol con la mano metida bajo su chándal o el propio guiñol de tanto repetir número ya tiene la lección aprendida y no necesita la voz de su amo susurrándole al oído. La única verdad segura es que el muñeco segundón en actitud ya cansina y que va provocando asco incluso en la afición madridista, parece estar dispuesto a seguir a Mourinho “hasta el infinito y más allá”. Habrá que ver en los próximos años o meses si alguno no ha llegado ya a su infinito y descubre al mismo tiempo que no existe para él el más allá.
Mientras tanto los alemanes, esta vez no fue el Bayern sino el Schalke, enviaba al código postal de Concha Espina y a nombre de Florentino Pérez un verdadero y práctico libro de estilo Azul donde incluía el capítulo que se le olvidó redactar a Florentino y en el que se explica de forma clara y contundente de cómo ha de tratarse a una verdadera leyenda del fútbol mundial en los últimos años. Raúl, sacado de la chistera de Jorge Valdano hace 18 años y que a la postre se ha convertido en su santo y seña, recibió un homenaje tan desmedido en un equipo pasajero como merecido en su equipo de casi toda la vida y que probablemente no lo recibirá por ser la primera víctima de la relación antagonista mantenida entre Valdano y Mourinho.  Ópera prima del ex director técnico Argentino, Raúl se convirtió en su día en la primera víctima colateral de una guerra absurda motivada por una lucha de egos en la cúspide del poder y que aún se mantiene viva en estos días. Demasiados cadáveres en la larga carretera por donde camina Mourinho arrastrando el carruaje del Real Madrid entre fango, socavones y espigas. Si El Real Madrid ha ninguneado durante dos años a su último auténtico estandarte, cuyos valores ya no tiene cabida en esta nueva forma de ser de un club en plena revolución, quién habrá de preocuparse en el club de que un muñegote con acento antes vasco y ahora portugués niegue el pan y la sal al entrenador rival.
 
Mientras la Cibeles permanecía vallada, en el Bernabéu los aficionados más antiguos son considerados hoy los más rebeldes por añorar la actiud de toda la vida. Estos seguidores que empiezan a encontrarse en sus asientos cuando llegan al estadio en lugar de una cartulina de tifo un cartel con la palabra herejía, empiezan a entonar con mayor protagonismo y volumen las primeras sinfonías de viento con los labios por instrumento cada vez que se aclama el nombre de Mourinho por los ahora considerados como auténticos madridistas, es decir, los Ultra Sur.
Entre tanto, Cristiano Ronaldo se pone a dar pataditas con tres a cero a favor ante el Sevilla creyendo que esas aptitudes le ayudarán a dárselas al próximo balón de oro. La réplica culé la ofrecieron Dani Alves y Thiago en Vallecas haciendo exquisiteces como cualquier brasileño con el balón en los pies y el ridículo sin él. Retirando armas al enemigo, Puyol al rescate y Guardiola después pusieron de manifiesto que no todo vale para la imagen del conjunto culé.
El Racing de Santander se despedía de la categoría víctima de un estafador que solo supo hacer el indio y de un conjunto desmembrado. Como diría el Guiñol Vasco de Mourinho, la liga continuará sin el Racing, pero yo no voy a negar el elogio al equipo de Santander que tiene una afición de primera y este es el mayor patrimonio que un equipo puede tener.