José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


2 de febrero de 2014

El fútbol español se hace adulto




Dicen que los viejos futboleros que no han sido bautizados con apodo no son de fiar. Luis Aragonés tenía dos: Zapatones y el Sabio de Hortaleza. Se fue el más grande según el mejor, y lo dice despojado de compromisos, desde Alemania. Nadie sabrá cuando se aleje su féretro en el tiempo si Aragonés fue el más grande, lo que está clarísimo es que fue único. Se disuelve de una atacada una especie en extinción que entendía el fútbol en su estado más puro, el último ramalazo que coleó de aquellos balones cosidos con cuerdas y solo un par de botas de recambio. Se desprende de la retina aquel fútbol jugado a voces y entendido bajo humedades en los vestuarios, Aragonés se lleva consigo esa parte del fútbol profesional con aroma a artimañas antiguas y a barrio.