José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


11 de mayo de 2012

Jerry Maguire trabaja en Valdebebas

…Jerry Maguire (Cruise) intenta convencer por teléfono a Rod Tidwell (Gooding Jr.) para que le siga teniendo de agente-manager. En la conversación Rod presiona a Jerry a que si lo quiere seguir teniendo de agente deberá prestarle toda su atención de ahí en adelante. Lo hace con la famosa frase "show me the money": "enséñame la pasta"…
No sé si es por la cercanía o por la historia, Portugal posee virtudes y defectos muy parecidos a los que tenemos los españoles o al menos nuestros gobernantes. Se pega todo menos la hermosura y si hace un par de años o tres, no lo recuerdo bien porque estoy intentando olvidarlo, Fran Ribera recogía de manos de los Reyes de España una medalla de oro, hoy se ha hecho público que Jorge Mendes, el megarepresentante, hará lo mismo en Portugal por una cosa parecida. Las diferencias son grandes pero el caso es el mismo. El guapo matavacas andaluz de quita y pon recogía su mérito a las “bellas artes” entre sonadas protestas del “ignorante” populacho entre el que yo me encuentro, pero también recibía reveses y críticas de las que duelen de verdad, de sus propios compañeros y de mitos vivientes del toreo que no pudieron impedir que rechazarse el galardón por vergüenza torera. Jorge Mendes recibirá la Medalla de Honor al Mérito Deportivo otorgada por el gobierno luso, no por sus goles y asistencias, sino por ser "Una persona muy relevante en la obtención de reconocimiento de las capacidades y posibilidades del deporte portugués en el extranjero, que también impulsa y mejora la imagen de los deportistas nacionales".
Solo dios entenderá las reacciones de tripas para adentro en el real Madrid, si se revolverán o se dormirán. Si dejan pasearse a un tipo como Mendes por el sacro santo vestuario, por todas las instalaciones y por los hoteles, pues lo lógico es que la casa blanca se alegre de un reconocimiento tan ambiguo como paradógico. El empeño de Florentino Pérez por tener a lo mejor disponible del mundo cerca de su despacho, también ha hecho que acerque al “Jerry Maguire sin memorándum” del momento más de lo necesario a la casa merengue. Los representantes sin escudo siempre han llevado colgada la vitola de víbora en cualquier consejo de administración porque los clubes tiran de la misma cuerda pero en el sentido opuesto. El que mejor representa a un jugador es el que mejor engaña a los clubes, es el que infla talentos y desangra cuentas corrientes, el que vende ilusiones ópticas y recoge prestigio. A Mí Mendes me parece un representarse genial porque no debe de ser fácil meterse en la casa del enemigo, desplazarse hasta la cocina, abrir la nevera coger la cerveza y encima lograr que el propietario te invite a canapés, te de cobijo, cama y te preste a su mujer.
Allá los portugueses con sus méritos porque ellos eligen sus ídolos y nosotros nuestros  demonios, pero Mendes ni es tan madridista y mucho menos español como para provocar tal entusiasmo en los diarios deportivos nacionales por un galardón tan absurdo como innecesario. Porque la victoria de Mendes se traduce de forma natural en el diccionario portugués-español en derrota del Madrid. Que disparate, el máximo exponente del fútbol español se ve avocado a tirar del talento portugués para sofocar su abanico de defectos. Valencia importando naranjas para comer y vendiendo las suyas para llegar a fin de mes.
Supone un gran mérito, antaño inconcebible, colocarle al Madrid a Pepe sin prescripción médica por treinta y cinco millones de Euros. Endosarle a un jugador que fue descarte del Zaragoza por treinta millones, que fuma y que no puede jugar en el Bernabéu por consejo de su psicólogo, al que se vendió como zurdo todoterreno y que solo juega en terreno rival. A cristiano Ronaldo por 100 millones y más de 10 de sueldo neto anual costando cada gol cerca de un millón. A un Carvallo que hizo la comunión con la Cibeles. A Di María que al año de estar en el Madrid abrió la boca para pedir más pasta y cerró la mano para coger  una agónica copa del Rey. Pero lo más curioso de todo es la habilidad de colocar en un partido de Champios a un suplente del Castilla llamado Pedro Mendes del que increíblemente conocemos su nombre mientras a los titulares de la cantera no los conocen ni en su casa.
Probablemente no sea fácil lo que ha conseguido Mendes, o sí, porque lo único que se necesita para conseguir todo eso es tener representado al entrenador del club. Mourinho como nuevo director deportivo madridista hace las delicias de su propio representante traicionando el futuro madridista y apuñalando su imposible economía. El Modelo inglés que la temporada pasada impulsó Florentino con el cese de Valdano, no es darle el poder del destino del club a un entrenador que es representado por un tipo cuyo único objetivo es enriquecerse rápidamente y recoger honores en su país de origen. En el modelo deportivo inglés y en cualquier modelo construido con un poco de sentido común, si le das todo el poder al entrenador, si lo conviertes en mánager general, el entrenador es por fuerza hombre de la casa y cosa inseparable  del club. Si el entrenador es un profesional a sueldo, alejado de sentimientos y que a duras penas puede describir el escudo del equipo con los ojos cerrados, y si encima tiene un representante tan poderoso y cercano, el modelo inglés y el sentido común impone secretario técnico para que no conviertan los fichajes en un descampado económico y en un desastre deportivo. En el modelo inglés de Florentino no hay ni una cosa ni la otra porque en el modelo de Florentino solo cabe Florentino.
No me sorprende que a Mendes le bañen en honores portugueses, lo que me sorprende es que nadie responda en Madrid que a este representante de oro macizo no le honran por exportar talento sino por importar dinero. El mismo mérito que a Mendes corresponde a Florentino, uno por traer y otro por pagar, aunque al final quien pagará será la afición merengue que se quedará con un sueño hecho jirones escrito en portugués.