José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


1 de abril de 2014

El más común de los mortales



Pedro, el jugador del Barcelona, nunca ha pertenecido a esa élite tatuada de futbolistas y ya jamás lo hará porque es objeto de demasiados prejuicios artificiales. Las genuflexiones en fútbol a veces se ganan como en la nobleza, dependiendo del nombre y del título. Las reverencias no se cosechan por las cualidades personales sino por las patrimoniales. No es lo mismo llamarse Cayetana Fitz-James Stuart que Manuela Gómez Pérez, o llamarse Neymar da Silva que Pedro Rodríguez. No es lo mismo ser canario que ser un brasileño de los brasileños de toda la vida. La sociedad arrastra demasiados prejuicios históricos y genealógicos a la hora de respetar los méritos profesionales y personales de la gente. A favor del hijo del gasolinero juegan sus piernas, su velocidad y su capacidad de lucha, en contra juega su nombre y su valor de mercado.

Llamarse Pedro Rodríguez significa ser el más común de los mortales. Su nombre y su apellido se pierden entre la cínica seducción que ofrecen los personalismos extranjeros de sus compañeros. El jugador canario se encuentra en el limbo del segundo plano porque tampoco ha sido aplaudido por el chovinismo patrio, al fin y al cabo es un español que juega en cataluña para lo malo y solo para lo malo, desde una perspectiva catalanista y españolista. Otro canterano más del Barça, pero con matices. Tiene una personalidad demasiado sencilla como para incomodar a alguien con sus sufrimientos profesionales. Es ese tipo de persona que mastica la injusticia y el soslayo en silencio, sin arranques de rabia y sin verborrea pública. Se siente demasiado agradecido al fútbol y al club como para suponer otra carga más porque no se considera vinculado a un estatus tan elitista y sórdido. Los pecados de Pedro se reducen a su campo personal porque el profesional es intachable. Si te llamas Pedro y te apellidas Rodríguez podrías tener un serio problema en igualdad de condiciones.  Pedro se llama el carnicero que ha montado el negocio en la esquina de tu calle, Pedro es tu peluquero o tu vecino, e incluso Pedro es el barrendero que raspa el asfalto con la escoba a las siete de la mañana. Los utilleros se llaman Pedro, los centrales y laterales pueden llamarse Pedro, pero incluso aquellos que tienen algo de suerte se esconden detrás de un carismático apellido. Al delantero azulgrana le pesa demasiado ser un plebeyo silencioso con un disfraz de duque en una fiesta cortesana.

La injusticia que envuelve a Pedro es tan clara como innecesaria. Si esta noche no juega el partido del año frente al Atlético de Madrid no será por su falta de fuerzas o de motivación. No será por la carencia de facultades técnicas o por la ausencia de experiencia. Si Pedro no juega de inicio es porque su entrenador decida recorrer el camino menos criticable pero paradójicamente más arriesgado. En esta guerra Pedro solo cuenta con la electricidad de sus piernas. Su patrimonio es su propio cuerpo, despojado de tatuajes, de tientes en el pelo, de pendientes en sendas orejas, de cascos voluminosos, o de romances con la prensa. El Barcelona ha triunfado en el último lustro porque ha sido un equipo políticamente incorrecto con su cantera y con sus fichajes. Se ha atrevido a tratar de forma equidistante a los que vienen de abajo y a los que vienen de fuera. Porque se ha desmarcado de los prejuicios tradicionales y ha caminado en sentido contrario al resto en la búsqueda de lo imposible.

La actual directiva culé ha devuelto al club a aquel tradicional mundo del fútbol donde hay mecanismos que siempre funcionan al revés. Es una condición insalvable a la hora de contratar a un futbolista seguir la máxima de tanto eres, tanto cuestas. Una vez fichado siempre se rompe ese lógico engranaje que pasa a correr en sentido opuesto pasando a un tanto has costado, tanto eres. En primer lugar, los clubes se niegan a tener paciencia con sus propias decisiones y en segundo lugar se oponen a reconocer posibles errores. Este es el caso de Neymar, que ha sido contratado de forma hiriente y precipitada. El club podría haber esperado un año, pero se precipitó en sus deseos y ahora exige al jugador la misma precipitación, las mismas prisas y los mismos remordimientos. Con Neymar hay que tener paciencia y con Pedro, como con todos los futbolistas, hay que tener justicia.

Gerardo Martino se marchará a final de temporada con total seguridad porque la situación que ha vivido en Barcelona no hay cuerpo que la aguante. Demasiada presión para un hombre en busca de la felicidad. Esta noche tiene una oportunidad inmejorable para reinstalar en la plantilla la idea meritocrática que dejaron sus predecesores. El fútbol es una guerra y el Barcelona no tiene tiempo para otra ronda más de diplomacia.
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9 comentarios:

  1. Marcelo lesionado. Sufre rotura isquiotibiales . Baja ante Borussia y duda para la final Copa del Rey— Alfredo Martínez (@Alfremartinezz)

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  2. Pedro es un futbolista polivalente, muy versátil y sacrificado al máximo. Tiene gran velocidad, se desmarca con criterio y define bien. Por algo es campeón del mundo y de Europa con la selección. Obviamente, sin está en perfectas condiciones, debería ser titular indiscutible. No está exento de calidad técnica, pero su principal baza es la profundidad y velocidad con espacios. A mi juicio, está por encima de Alexis y Tello. Gran análisis Testigo. Martino debería manejarse únicamente por criterios propios del fútbol y NO por imposiciones. Sobre el césped es donde se demuestra el potencial. NUNCA en anuncios o marketing publicitario. Saludos Testigo y lectores del blog.

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  3. Caro amigo.
    Me explique porque Pedro es mejor que Neymar?
    Pedro no sabe marcar goles. Le recuerdo el gol que perdio com Brasil en la final de conferdeaciones. Neymar brillo y mataoa la seleción de España, con un golazo.

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  4. Yo no digo que sea Mejor, lo que digo es que hay circunstancias, partidos y rivales más favorables a Pedro que a Neymar, Cesc o Alexis. Como Pedro le salió gratis al Barcelona, pues está situado en el último lugar de la fila. Si le huniese costado 50 millones, no le quepa duda que Pedro sería titular indiscutible.

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  5. Pedro es un obrero del fútbol. Nada mas, el juega en España porque no hay otro mejor. En Brasil el no jugaria ni en Argentina y ni en Alemania.

    Neymar con la poca edad que tiene puede ser lider de un equipo como el Barça. Ya lo demonstro cuando Messi estaba lecionado. Recuerde los partidos que hizo, el clasico, la supercopa y otros. Se lecionó y le ha costado volver....sumele a eso el chismoseo por su fichaje.
    Pedro no destila clase, es un jugador utilitario y simplorio

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  6. En Argentina y Alemania tampoco jugaría Neymar.

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