José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


6 de marzo de 2014

Subcultura blanca casi negra



A algunos señores les molesta una barbaridad que la selección española siga cosechando victorias ante rivales importantes. Cuando un aficionado o periodista español critica de forma sistemática al combinado nacional, cuestiones políticas al margen, siempre se repiten las mismas pautas. Todos ellos coinciden en similares  argumentos: Que si el juego es aburrido, que si no tiran a puerta, que si sería maravilloso con las porterías en los costados, que si sudan poco y corren menos, etc, etc, etc. Es una corriente con una cantidad ridícula de adeptos porque los predicadores mediáticos que la divulgan son igualmente ridículos a la hora de argumentar sus postulados. Se les nota demasiado el resentimiento acumulado a lo largo de los últimos años y utilizan los partidos de la selección para pasar factura única por una diversidad de cuentas pendientes.

En este tema existen tres tipos de críticos: Los analistas, los descarados y los autocensurados con apariencia de moderados. Los primeros se amparan en el sentido común para realizar sus reservas pero no tienen ningún inconveniente en resaltar las virtudes. Los descarados, siempre deseosos de que llegue el momento para vomitar una envidia que durante varios años les ha taponado la garganta, y los autocensurados, que quieren pero no pueden. Estos últimos tienen demasiado miedo en expresar sus auténticas opiniones porque carecen del coraje suficiente para enfrentarse a la mayoría con tan penosos argumentos. El cuerpo les pide sangre y la mente les dicta moderación para no perder la falsa neutralidad que todos hemos apreciado sin que ellos mismos lo sepan.

El crítico “sistemático”, lo vuelvo a resaltar, con el conjunto de Vicente del Bosque ha formado una subcultura donde destacan una serie de cualidades comunes en todos sus miembros. Son fácilmente identificables porque en su perfil sociológico siempre aparecen varias máximas generales. Aunque parezca ciertamente paradójico, esta minoritaria especie pertenece al madridismo más rancio que se ha ido encubando en los últimos años. Todos los que son madridistas y al mismo tiempo mourinhistas tienen asegurado un polvoriento abanico de argumentos negativos contra Vicente del Bosque y absolutamente todas sus decisiones. Si entran en conflicto intereses mourinhistas y madridistas siempre se decantan por defender los primeros. Aunque les corroe en lo más profundo de su alma haber asistido en el último lustro a la desmadridización de la selección, venderían su alma al diablo para que Iker Casillas se quedase fuera del mundial o como mal menor se tragase cinco goles en la final. En su lucha interna les corroe su interior la existencia de una selección de jugadores impresionantes pertenecientes al Barcelona y aún así prefieren prescindir de uno del Madrid. Se puede considerar sin miedo a equivocarse que su odio por Casillas es infinitamente superior que su amor por el Madrid. El técnico luso dejó la dinamita y ellos se encargan de activarla y hacerla explotar cada vez que pueden en la cara del portero. Saben que Mourinho ríe en Londres cada vez que el portero blanco sufre aquí.

Si continuamos desgranando el perfil infame de esta corriente de opinión, podremos advertir que curiosamente son los mismos que ven en Florentino Pérez una figura mística e intocable que ha sido enviado por dios desde ACS para hacer del Madrid, uno, grande y ¿libre? Ahí empieza la factura personal de Vicente del Bosque cuando para más inri ya pagó la factura profesional hace una década cuando fue expulsado del Madrid por motivos bastardos, antideportivos y antinaturales. Vicente Del Bosque, quizás sin desearlo, se ha convertido en el símbolo de la incapacidad absoluta de Florentino Pérez para presidir un club tan grande como el Real Madrid. Como es humanamente imposible hacer del señor Pérez un buen dirigente deportivo, más admirado por su dinero que por sus decisiones, la única solución que sobrevive es eliminar el motivo que más destaca su ineptitud e inutilidad, en este caso a Vicente del Bosque. Y la mejor forma es atacar cada uno de sus planteamientos generales, así como todas sus apuestas individuales.

Es tan descarado el odio que expulsan, y el que aquellos moderados disfrazados quieren expulsar, que incluso anteponen a sus convicciones políticas, íntimas, deportivas y sociales, los motivos putrefactos de un técnico portugués y un presidente adinerado. Intentan vender la idea de una selección madridista o ninguna e intentan imponer el axioma de que para ser un buen madridista es requisito necesario machacar a del Bosque y a Casillas con la misma intensidad que se ama el cínico decálogo de Mourinho y Florentino Pérez. Rematan su absurda existencia criticando por fuera los silbidos al himno español, mientras por dentro están deseando que pierda la selección.

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3 comentarios:

  1. Cuando se habla de España yo me quito la camiseta de mi club y para mi todos los jugadores son españoles y lo hacen lo mejor que saben para que gane España.
    España es sagrada.
    Os dejo un dato muy curioso sobre el tema de las sanciones en el fútbol español: marbcn2510.blogspot.com

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  2. Sí señor, Testigo. Radiografía EXACTA de la situación. Análisis perfecto de los ESTERCOLEROS o programas teledirigidos, manipulados y SOBORNADOS que ensucian el panorama futbolístico. Los rastreros y recaderos de la central lechera NO engañan a nadie. A cuatro papanatas lavados de cerebro. Nada más. Pasar por caja es totalmente incompatible con la credibilidad, el rigor profesional o el criterio propio. Los articulistas profesionales e independientes no interesan. Interesan fanáticos y enfermos mentales sobornados hasta las trancas. Como bien dice Rubén Uría: suministradores de estramonio en tómbolas nocturnas. Alpiste barato. Saludos Testigo

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  3. Offtopic:
    Jajajajajajaja. Ten cuidado testigo que le caes mal.

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