Yo entrenador

Sus labios se entumecieron, la garganta apenas podía utilizar la saliva necesaria para poder estructurar una palabra. Sus cuerdas vocales tan solo generaban impulsos de aire que provenían de la nada porque nada podía decir. Su mente se atrincheró ante la duda.

Después de la polvareda desencadenada en el entorno de la selección española tras disputar su debut ante Italia, solo queda analizar los hechos con frialdad y repartir culpas. No sé si a estas horas del Bosque habrá sufrido algún estigma cristiano en la palma de sus manos, si su frente se mantendrá impoluta de espinas o si habrá salido de la cama con ánimos de afrontar una nueva crucifixión. Solo el combinado nacional puede remover las pasiones más extremas de los aficionados al fútbol en España. Si mañana la prima de riesgo sube hasta 600, el número será observado de reojo porque la vista no estará centrada en el seiscientos, sino en un 9, el de España.

Si en el hall de entrada al siglo veintiuno nos es imposible aventurar el futuro, más difícil aún nos resultaría cambiar el pasado. Con el cuerpo frío es muchísimo más justo y calibrado el análisis de lo que el domingo pasado ocurrió en el Arena de Gdansk. De nada sirve quejarse del césped porque precisamente esta es la única ocasión que recuerdo a Italia intentando jugar al fútbol. Perjudicó casi tanto a uno como a otro. El primer partido de España en esta Eurocopa se salda con las quejas de jugadores españoles por el tapete, que ahora sí son admisibles enfundados en la elástica común, también se salda con un vietnamita muerto por el impago de una apuesta a manos de otro que ya está detenido y con Del Bosque probando el sabor del primer gran cabreo desde que es seleccionador. Los medios de comunicación empiezan a perder la paciencia con el señor tranquilo porque se comienza a respirar ese olor a bloqueo y atrincheramiento de la expedición al más puro estilo Mourinho. Recortes de entrevistas y entrenamiento a puerta cerrada. Este punto es importante porque si para ensayar la táctica que del Bosque ha de emplear en el próximo partido frente a Irlanda ha de cerrar las puertas del entrenamiento, se me antoja preferible a abrirlas y tener que improvisarla sobre una pizarra el día del partido.

Yo desde luego suponía que la postura de la selección a estas alturas iba a ser diferente, es decir, que con tanta superioridad en estilo y en la calidad de los jugadores no iba a ser necesario desempolvar el recurso de la sorpresa para intentar ganar los partidos. Si se trata de jugar al ratón y al gato con los rivales, la posición actual de España debería ser la de un majestuoso gato esperando a su presa. No creía necesario que nuestra selección, campeona de absolutamente todo en la actualidad se viese en la necesidad de inventar cosas raras a estas alturas, más bien ese es el papel que hubiese correspondido a la escuadra azurra.

Los grandes campeones de la historia suelen tener las ideas mucho más claras de lo que aparenta España. Porque la carta de presentación de una selección como la roja debe ser: Soy España, soy campeón de Europa y del mundo, así lo he sido y así soy ahora.  El desperdicio de los partidos amistosos y la confección de la convocatoria de los 23 futbolistas seleccionados nos han llevado a esta situación. La ambigüedad con que Del Bosque plantea los encuentros está sustentada por las mismas dudas que le movieron a la hora de seleccionar a los jugadores para este campeonato. La alineación de un campeón del mundo ha de saberse de carrerilla, incluso los cambios y el minuto en que se van a producir. Aún con las bajas de Puyol y Villa, España sigue teniendo los recursos suficientes para machacar a los rivales por derribo. Ni necesita la sorpresa y ni un triple salto mortal táctico para derrotar a una selección como la italiana o próximamente la irlandesa, tan solo está en manos de la fortuna. Del Bosque cuenta con lo más difícil de poseer que es un plantillón impresionante, o al menos 15 ó 16 jugadores que son los que ganan unos campeonatos tan cortos. Él sabe esto y por este motivo se ha permitido la licencia de llevar jugadores tan familiares como Albiol, Torres o Negredo. Sin embargo, una vez comprobada la injusticia, al aficionado siguen corroyéndole las dudas que transmite el propio seleccionador de si será capaz de apostar plenamente por uno de estos jugadores durante la Eurocopa.

A medio camino: Del bosque jugó así

Todo lo que hace Vicente Del Bosque lo hace a medias, nunca es un absoluto desastre ni tampoco un auténtico éxito. Ganó el mundial pero no de forma brillante y puede perder la Eurocopa pero os aseguro que no lo hará de forma desastrosa. Del Bosque es un mago del equilibrio, capaz de tomarse una hora para buscar la manera de evitar pasar por el alambre para asegurar la integridad física aún a sabiendas de que no recibirá aplausos. Eso ocurrió ante Italia.

Del Bosque decidió prescindir de un delantero centro porque prefirió brindarle la oportunidad de jugar a Fábregas. Simplemente, como ya dije ayer, a del Bosque no le acaba de convencer Llorente y ayer no era su oportunidad. De Negredo y Torres pienso que del Bosque se ha dado cuenta demasiado tarde de que ambos delanteros no tienen el nivel suficiente para jugar a un nivel tan alto como el de la selección.

Una vez que el técnico se decidió por el juego de asociaciones intentando buscar pases cortos, paredes y asistencias entre los defensas italianos, no se decidió de forma plena. Escogió  acumular futbolistas en la frontal del área y confiar en el talento de Xavi, Iniesta, Silva y Fábregas. Adelantó a Busquets para recuperar el balón rápido y retrasó a Alonso para minimizar las contras y sacar el balón. En la mayoría de ocasiones, los delanteros españoles se toparon con una defensa cerradita y que no concedía espacios para ese tipo de juego. Alonso vio el encuentro entre piqué y Ramos, Busquets en tierra de nadie y Arbeloa no encontró los recursos que no tiene para generar espacios. España se topó contra la defensa azul y por el contrario recibió contraataques muy peligrosos porque muchos de los jugadores no ocupaban sus posiciones naturales en acciones defensivas. Alonso es muy seguro defendiendo pero muy lento. A Arbeloa le cogían continuamente la espalda porque no sabe vivir tan adelantado y Busquets ejercía la presión en posiciones muy adelantadas. Ramos y Piqué pasaron tanto miedo como Casillas. España no tenía el control del partido porque Alonso, Busquets y Xabi se estorbaron mutuamente y porque piqué y Ramos apenas se vieron en la necesidad de jugar el balón.



Así debió completar la táctica

Del Bosque se quedo a medias porque la intención fue buena pero no fue completa. Si apuestas por este tipo de sistema tienes que apostar hasta el final, a vida o muerte, como el aficionado vietnamita. Para empezar necesitas un lateral derecho que abra el campo con valentía, necesitas un carrilero, como Alves en el Barcelona. Ramos realiza muy bien esa función y Arbeloa ha quedado en evidencia. Como Ramos no se puede clonar, tendría que haber dado entrada a un central, como Albiol asiste en calidad de invitado tendría que haber incluido a Javi Martínez junto a Piqué. Tendría que haber alternado las subidas de Ramos con las de Jordi Alba por la banda contraria. Con el campo abierto se despejan espacios para el juego de asociaciones en el borde del área. Como bien dijo Mourinho en Al Jazzera, Pedro habría dado mucha profundidad por la zona izquierda permitiendo diagonales de Iniesta hacia el área. Mata lo podría haber hecho por la derecha si hubiese decidido prescindir de Pedro. Para realizar este tipo de juego necesitas la posesión del balón, porque si lo pierdes en zonas delicadas estás muerto. Para mantener la posesión, Del Bosque debe aclarar el centro del campo, prescindir de Alonso o Busquets, por cuestiones obvias Busquet está más adaptado, y empezar a construir con los centrales. La salida de Alonso facilita la circulación, aclara el centro del campo, evita solapar funciones, habilita la libertad de movimientos para Xavi y permite incluir jugadores más profundos como Pedro o Mata además de hacer que cada jugador disponga de su posición natural.

Las únicas dudas de Del Bosque se deberían haber limitado a elegir entre Pedro o Mata y entre Juanfran o Javi Martínez permutando la posición de Ramos al centro o a la banda. Sin embargo no decidió ni una cosa ni la contraria, sino que se propuso combinarlo todo para no obtener nada.

El plan B, el delantero centro, Navas y Alonso

La opción del delantero centro la podemos considerar como plan B o como plan A. Esta debería ser la primera elección de Del Bosque, elección que tendría que haber tomado hace ya varios meses, ahora sugiere precipitación. Es evidente que Llorente es mejor futbolista que Torres y que Negredo, aunque al seleccionador no parece convencerle por algún extraño motivo que solo podría desvelar cuarto milenio. La inclusión de Llorente implica la de Navas y la de Navas la de Alonso. No sirve de nada incluir un jugador como el sevillista si le va a centrar balones a tipos cuya mayor estatura roza el 1,70 metros. Tampoco se aprovecharía la mejor cualidad de Llorente si nadie le va a poner un balón a la cabeza en todo el partido. Para que el extremo haga su función con rapidez, en esto se basa el contragolpe, ha de existir un centrocampista que profundice con balones largos desde cuarenta metros. Aquí entra la mayor aportación de Alonso, que es sin duda unos de los mejores futbolistas para este planteamiento. De nada sirve que Busquets le ceda a Navas el Balón al Pie si va a tener que regatearse a media defensa para centrar.

El empeño de Vicente del Bosque en contentar a todos está complicando las expectativas de España y está comprometiendo su propia reputación cuando ya tiene hecho el camino más complicado, que es disponer de quince o dieciséis jugadores a un nivel insuperable. Solo espero que a estas horas el salmantino empiece a darle las vueltas necesarias a los detalles verdaderamente importantes. Porque ha heredado un estilo brillante, dispone de un número de jugadores irrepetibles y tan solo necesita saber que quiere hacer y hacerlo con los mejores.