José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


21 de enero de 2013

Valdés solo es un hombre



Víctor Valdés es un portero con alma de centrocampista, un jugador de campo atrapado en unos guantes de portero. Desde hace muchísimo tiempo, el FC Barcelona no tenía tanta estabilidad en una de las parcelas que le había acarreado más problemas a lo largo de su historia. La portería del Barcelona, por regla general y sobre todo en la época del actual Director Deportivo, Andoni Zubizarreta, siempre se ha parecido más a un tendedero que a una pared de hormigón. Con Valdés bajo palos el conjunto culé ha conseguido diferenciarse incluso en ese aspecto que no ofrece diferencias. Un portero es siempre un portero, aquí y en China, en el Milán o en el Betis. Es una posición que siempre se ha tratado con más pereza que otras, pues lo importante es jugar al fútbol con los pies y cualquier meta lleva intrínseca en sus manos una ventaja que el resto de futbolistas no tienen. La concepción de los equipos siempre se ha llevado a cabo buscando diez buenos futbolistas y un portero que pare, nada más. La irrupción del actual portero culé en el mundo del fútbol ha cambiado el concepto y ha revalorizado la importancia que cualquier jugador, ocupe la posición que ocupe, tiene en el desarrollo del juego del equipo. Al Barcelona le ha costado lágrimas amargas durante décadas tener en cuenta ese problema y posteriormente solucionarlo. Es una cuestión de detalles, cuando no se pueden mejorar los futbolistas de campo, ni tampoco el estilo o la filosofía, cuando no se puede mejorar el entrenador ni la estructura del club, siempre se tiende a mejorar el estadio, las taquillas, los uniformes de los empleados y el guardameta.

A la pregunta de si hay en el mundo mejores porteros que Valdés, habrá que contestar que probablemente sí. A la pregunta de si hay mejores porteros que Valdés para los intereses del juego culé, hay que contestar rotundamente no. El centrocampismo del Barcelona y su obsesión por el toque, la firmeza de la esencia y el mimo por la elegancia ha envuelto incluso a las labores del portero. En el equipo culé, la lista de responsabilidades de quien defiende el arco es mucho mayor que las responsabilidades que asumen otros futbolistas en esta misma posición en otros equipos. Al portero se le pide que pare y si encima sabe despejar con los pies supone un valor añadido. En el Barcelona al portero se le pide que pare, que sepa manejar el balón con los pies como otro defensa más y si encima sabe darle de tacón y hacer chilenas mucho mejor.

Hace unos días, el propio futbolista hablaba de la presión tan grandísima que suponía defender la portería del Barcelona y también hacía referencia al tiempo que ya llevaba él soportándola. Mientras el Barcelona encadena obras de artes sobre el verde tapiz es más que comprensible la tensión que puede suponer a su portero la sola idea de cometer un enorme fallo y estampar un negro borrón sobre el bello cuadro. Cuando un equipo no juega bien al fútbol, no existe ninguna obra de arte que estropear, a lo sumo te puedes cargar un resultado. Esos errores, suponen ese tipo de acciones que cuando las comete el portero se habla a la postre de un error incompresible, pero que cuando las comete un delantero en el área rival se entiende como falta de acierto, de puntería o simple mala suerte. El Portero no goza de ese colchón y en el Barcelona mucho menos, pues no solo en sus manos está la ocasión de fallar, sino que el obligatorio manejo del balón con los pies siempre le hace caminar por el alambre.  Valdés, que desde pequeño ha confesado su alma de jugador de campo, no ve el fútbol como cualquier otro portero, sino que lo ve desde su meta despojado de los guantes, más preocupado por su tobillo que por su meñique.

De forma entendible, entre el aficionado blaugrana se ha instalado la percepción de que los jugadores que defienden el escudo de su equipo son semi-dioses. Así mismo, varios medios de comunicación catalanes consideran intolerable e incomprensible que un futbolista de la actual plantilla pueda tener la intención de marcharse para lograr otro tipo de satisfacciones. El habitual objeto de la sodomía mediática culé, solo es un hombre, como todos, que busca otro tipo de felicidad. Se marchará de la misma forma que Guardiola, al que todos entendieron y como lo harán otros en un futuro que no se puede driblar de ninguna forma. Me sorprende el hecho de que alguien se inquiete porque Valdés se agarre a una ley de vida y se haya descubierto que en su estómago no hay restos de ambrosía. El tiempo siempre gana como ganó a Guardiola, ahora a Valdés y acabará doblegando incluso a Messi. Ningún imperio dura mil años y ninguna plantilla duró quince.

La personalidad de Valdés es algo diferente, como su fútbol, y su decisión de marcharse no puede comprenderse si no se tienen en cuenta sus habilidades y defectos sobre el campo. Un futbolista diferente que piensa como un hombre diferente y que entiende el fútbol como lo que realmente es, un simple placebo de la felicidad o un sustituto de la religión.
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5 comentarios:

  1. Probablemente nadie va a discutirle a Valdes la capacidad de decision sobre su futuro, pero lo que criticamos muchos es el momento elegido y las formas. A final de temporada se plantea, se avisa al club y que busquen a alguien para que en el ultimo año se turne con VV  pero justamente ahora, cuando todo se empieza a decidir, ha sido una puñalada.

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  2. Por cierto, acabo de colgar en mi blog una vision del pinchazo.
    http://unblogmuycule.blogspot.com.es/2013/01/en-la-salud-y-en-la-enfermedad.html

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  3. Yo creo que Víctor Valdés no ha hecho nada malo. Es el Barsa el que se desestabiliza solo, parece que toda su vida esté buscando la oportunidad de vivir eso que Unamuno llamaba "el sentimiento trágico de la vida". Cruyff ya lo dijo en su época de jugador, y lo recalcó mucho más cuando fue entrenador: "Este club tiene muy acentuado el sentimiento de autodestrucción". No pasa nada en absoluto, Valdés deja ¡año y medio! de ventaja para que se busque otro portero, y mientras él valora otras opciones en la vida: nada empieza y acaba en el Barsa. Parece que todo el mundo tenga una teoría de cómo tenía que haber actuado, parece que todos somos dioses y él un hombre inepto y necio ¡mira que abandonar el Olimpo! 

    Si hubiera tomado esta decisión en junio, palo al muñeco. Si lo hubiera hecho seis meses antes de concluir su contrato, palo al muñeco. Si lo hace ahora, palo.  Ni inmerso en el deleite puede este club quitarse su dolor. 
    Por cierto, confiesa, demasiado forofo tu blog para mi gusto. Ya hay demasiado hooliganismo en el mundo, creo yo. Sigo pensando que todo lo que se escribe desde dentro, desde la subjetividad, no tiene ningún valor salvo para los acólitos. Aunque, por supuesto, seguro que esa es tu intención: reunir a todos los afines y echar unos exabruptos o unos abrazos según pinte la ocasión.
    Un saludo a todos y mi enhorabuena a José Carlos por escribir de forma que  no decaiga el interés y de hacerlo desde el burladero. Poco bisturí maligno y mucho análisis ingenioso. 

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  4. Creo que la posición de portero sea mitificado en el Barcelona, especialmente en la "salida de balón". Valdés lo único que ha hecho es pasar balones a los centrales, laterales o mediocampistas del Barcelona. Situación táctica que puede realizar cualquier portero, simplemente es pasar, no es buscar pases al hueco, centros milimétricos... Es más creo que Pinto incluso ha ganado trofeos con el Barcelona siendo un portero normalito (fue fichado en su momento del Celta cuando era portero suplente). También me pregunto porque el Barcelona no confía en un portero de la cantera para suplir la portería blaugrana si tan importante es esa posición en el sistema táctico del equipo.

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