La careta de Karanka

A veces me pregunto porqué la gente le tiene tantísimo asco al segundo entrenador del Real Madrid. Aitor Karanka siempre destacó en su etapa de jugador a nivel individual precisamente por destacar poco mediáticamente.  Ganó tres copas de Europa y una intercontinental y he de reconocer que me he visto obligado a investigar un poco para tener más conocimiento de su carrera profesional. En aquel Real Madrid de los Zidanes y Pavones, Karanka era un Pavón que provenía del Athletic. Hasta el año 2010 en que “the only one” entrenador que ha metido el dedo en el ojo a otro por pura impotencia puso la bota sobre el Real Madrid, los recuerdos que tenía de Karanka estaban consolidados por percibirle como una persona tan discreta que a veces costaba endosarle una determinada personalidad. Era ese tipo de jugador que tras ganar tres Champions o su única Liga, ningún medio de comunicación se rifaba porque nunca decía nada y aún menos tenía que decir. Era un futbolista con una mueca por sonrisa y que a duras penas podía manifestar sus opiniones delante de un micrófono. Karanka era ese tipo de vecino que solo conoces porque lo ves tirar la basura o pasear al perro. No sabes en qué demonios trabaja, si sus padres aún viven o si su hermana estudia empresariales. Hasta ese año, Karanka caía bien por desconocimiento y por el mero hecho de no caer mal y de que no pertenecía a ese estereotipo de personas que generaban desprecio.

Quién es Karanka, ese tipo timorato a la sombra de un elenco de estrellas o este tipo que se esfuerza en cada rueda de prensa por dar la sensación de tenerlo todo muy claro aunque haya vendido su piel muy barata. No es difícil ponerse en su situación si pensamos que Mourinho le ha devuelto la vida en el fútbol ¿Acaso piensan que se va a poner delante de un periodista a criticar a su jefe? ¿Acaso ustedes no se dejarían coser unos hilos a los brazos y a los labios por un buen puñado de dólares? Quizás, aún teniendo en cuenta la situación del técnico vasco, podría acomodarse en una postura de mayor discreción en sus declaraciones e intentar no imitar lo inimitable por cuestiones vomitivas. Villas-Boas jamás se vio en una situación parecida porque el joven técnico, hoy enemigo íntimo de Mou y antes su discípulo, nunca quiso ser Mourinho y Karanka parece que sí. El agradecimiento se entiende en cualquier relación empresarial o profesional, sin embargo en esta sociedad ya hace tiempo que desterramos el servilismo enfermizo que solo genera títeres de carne y hueso más papistas que el propio Papa. Cuestiones de personalidad, Villas-Boas llegó, vio, aprendió y él solito voló; Karanka ha llegado, ve, imita y me extrañaría que algún día pudiese levantar el vuelo cuando se desprenda de los hilos que sujetan sus alas.

Ni en la vuelta ciclista con Purito y Contador vi a un segundo tan pegado a un primero. Podrían aprovecharlo comercialmente para anunciar algún pegamento especial o alguna resina mágica para soldar metales de forma natural. Si las numerosas apariciones públicas del entrenador Vasco continúan por estos derroteros nunca notaremos la ausencia de Mourinho en una rueda de prensa. No me sorprendería que algún día Karanka contestase una pregunta en un portugués fluido o que afirmase haber ganado la Champions de 2010 con el Inter mientras que el Vasco Mou entrenaba a los juveniles del Madrid. Al bueno de Aitor solo le faltaría a estas alturas que Mou, Faría y Louro le cantasen en una rueda de prensa: Karanka portugués, Karanka portugués, Karanka portugués...

Mourinho tras ganar su premio como mejor entrenador del momento en 2011, dijo tras la gala sobre el otro gran vencedor: “Un Balón de Oro en manos de Messi está siempre en buenas manos” al ser preguntado por la votación. Karanka hace unos días dejó a su alter ego a la altura del betún al ser cuestionado por el premio a Iniesta como mejor jugador del año en Europa. No sabría valorar qué es más dañino si destacar los defectos de otro u omitir sus virtudes. Para el señor Karanka, el premio lo merecía Cristiano argumentando que es del Madrid. Para el señor Karanka está bien que se lo hayan dado a Iniesta porque es español. Dicho al revés, se lo hubiese dado a Cristiano sin ser español y se lo hubiese dado a Iniesta siendo culé. De las palabras de este Karanka enmascarado podemos deducir que él no hubiese votado a Messi o a cualquier otro de su condición porque ni es del Madrid ni es español, que parece ser condición sine qua non para recibir un trofeo valorado dudosamente con criterios patrióticos y empresariales, nunca futbolístico.

A estas alturas, lo única conclusión que se puede obtener de forma clara es que cada vez que sale Mou en rueda de prensa y dice una barbaridad, a Karanka se le mete en el bote por defecto. Aunque peor es aún que salga al ruedo mediático el propio técnico vasco, donde cada rueda de prensa se ha convertido en una obligación caprichosa y en un auténtico castigo.