José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


4 de junio de 2012

El cuento chino


La proporción natural de las cosas movía a la naturaleza para que la resplandeciente flor donase el polen y mimase a las pequeñas abejas que en nerviosos revoloteos recolectaban la compacta sustancia que habría de ser miel futura en un enorme panal. Sin caprichos caóticos, algunos dioses hicieron lo mismo con la ambrosía.
La selección española ya ha acabado su preparación para la próxima Eurocopa y nos encontramos ante los mismos debates que hace dos años antes de disputarse el pasado mundial. Solo que esta vez, los jugadores tienen dos años más y hambre de menos. Que si jugadores con pocos minutos, que si Torres, que si doble pivote que si delantero centro, que si Navas por la banda, que si todos a una. Parece que la belle epoque tapa todos los males y resguarda las dudas bajo la alargada sombra del triunfo. Si buscan un chute de ilusión, entren en otra tienda porque aquí solo vendemos realidades.
Y la realidad es que ayer vimos un partido amistoso contra la selección de un país con más tradición de espadas guerreras que de balones de fútbol. A pesar de ese detalle sin importancia, muy bien el equipo Camachino que plantó cara a la campeona del mundo con un conjunto de hombres con impronunciables nombres. Si hay que presuponer la mayor motivación del equipo oriental por retar al campeón, también hay que meter en la balanza que el partido para España fue en casa, en Sevilla, que es cuna del calor humano y debería ser sede semipermanente del combinado nacional. Ya tengo cita con el otorrino porque debo de ser la única persona que escuchó a la afición andaluza silbar el himno chino, pero sin importancia, sin acritud porque no es nuestro himno. O quizás no fuesen pitos, quizás fuese el viento fresco emanado por el Guadalquivir y que intentaba dar la vuelta en las estructuras del estadio casi Olímpico.
Si esta es la propuesta de España para el próximo europeo, lleven las manos a las piernas e intenten parar el temblor. Del Bosque insiste en su doble pivote Alonso-Busquets para ofrecernos una primera parte dominada por la posesión y por la mediocridad. A lo mejor aún no se ha dado cuenta de que el equipo no juega un pimiento con esa disposición. Si este equipo es un reflejo del Barça o una reminiscencia del equipo de Luis Aragonés, lo es sin valentía. Quítenle al Barcelona a Messi, quítenle la valentía y el atrevimiento y pongan un doble pivote para parir la España de Del Bosque que vence mucho pero convence poco. El seleccionador insiste en poner dos medios centros con cualquier rival y con cualquier marcador, es innegociable e insoslayable. El fruto de tener dos medios centros desemboca en una labor innecesaria de Xabi Alonso que pasa mayor tiempo estorbando en posiciones de ataque que realizando una salida con limpieza del balón.  No es difícil verle buscar el balón interponiéndose a otros compañeros e incluso robándoles la posición. Alonso se ve obligado a buscar el balón porque no tiene definida su posición. Se supone que este estilo de juego se sustenta en la calidad técnica de sus defensas para sacar el balón de la zona peligrosa sin recurrir a la grosería del pelotazo clementino. Defensa que necesita del apoyo de Xabi Alonso es defensa innecesario para este estilo de juego. Véase el caso de Albiol, que despeja bien, remata mal y le tiembla hasta el tuétano cada vez que le llega el balón siendo el último hombre. Dominado por la inseguridad que provoca la inactividad y la desconfianza en su propio club, del Bosque intenta que Albiol tenga responsabilidades para las que no se encuentra emocionalmente preparado.
No podemos poner en tela de juicio ni la calidad ni el ímpetu de Xabi Alonso, pero es necesario decir que le han metido con un calzador en un estilo de juego donde se encuentra desubicado y sin el protagonismo necesario. Alonso es un futbolista espléndido pero necesita dos toques de balón en un sistema que penaliza las siestas en el centro del campo. Compensa su lentitud en la distribución, que le hace perder muchos balones peligrosos, con excelentes cambios de juego hacia ambas bandas. El problema es que España no necesita las bandas y los cambios de juego absolutamente para nada. Si le das un balón en largo a Iniesta, controlará el balón con maestría, esperará al defensa y luego lo desbordará para elaborar una jugada tan previsible como imparable.
El resultado de tener a Xabi en el campo es limitar la zona de influencia de Xavi, desplazar a Busquets a tierra de nadie 15 metros por delante de su posición natural, ralentizar la circulación de balón y privar al equipo nacional de otro artista más en ataque.
Sería magnífico tener en la selección un plan B más definido en el que Alonso tendría una cabida sensacional cuando el resultado hace al banquillo una llamada de socorro. La participación de Xabi Alonso no tiene ningún sentido sin abrir las bandas y las bandas abiertas son absurdas sin tener un delantero centro que remate hasta los ladrillos. Por eso, me da la sensación de que Del Bosque se quita la caspa de los hombros cada vez que le preguntan por la cabida de Xabi Alonso, Navas o Llorente al unísono en el mismo instante del partido. Digamos que esos tres futbolistas forman un bloque indivisible de un todo y dejan de tener sentido si les falta una parte. Para qué quieres a Llorente si nadie le va a centrar por alto salvo Navas y para que quieres a Navas si nadie le va a surtir balones en profundidad desde 40 metros excepto Xabi Alonso. Voy más allá, para qué quieres a Alonso si no tiene a nadie que interprete su juego en profundidad por bandas con pases largos excepto Navas.
También me resulta bastante doloroso perder la oportunidad de aprovechar una banda como la derecha por empeñarse en poner a un tapahuecos como Álvaro Arbeloa. Es un jugador cerrado, nulo en ataque y pegajoso en defensa. Se trata de un defensa a la antigua donde primaban los marcajes al hombre en un fútbol donde solo atacaban los delanteros y solo defendían los defensas. En los últimos partidos ha intentado corregir su obsolescencia técnica subiendo la banda e intentando centrar, sin embargo me ha parecido más un suplicio para él que un disfrute para los demás porque no ha logrado meter un centro razonable al área o realizar una incursión peligrosa en los últimos partidos que ha jugado. La prueba de ello es que Mourinho, más inteligente que Del Bosque, mucho más, le busca un sustituto brillante y no un jugador que le supla.
El resultado de todo esto es que Del Bosque huye de un plan B totalmente diferente al juego de toque porque ha decidido convertir a la selección en una miscelánea de futbol diluyendo poco a poco un estilo de juego sobre otro. El resultado final de esta terapia de mezclar cosas e impostar nombres con calzadores baratos es que ni tienes plan A ni tampoco B. Como mal menor y con dos máquinas de fallar goles como Negredo y Torres, el seleccionador con esta filosofía solo ha conseguido depender de la inspiración de Iniesta o Silva en 45 minutos sin pivotes en plural para oscurecer un mal endémico que sirve para ganar a China, desviar la atención, evitar la verdad y sufrir seguro ante Italia.
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3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo....
    La pena con este señor (Del Bosque) es que los resultados "le avalan". Esta España no juega, ni de lejos, al nivel de la Eurocopa Anterior. Ya en el Mundial sufrimos hasta que les dió aire a los jugadores del Barça y les dejó jugar como saben...
    Mucho creo yo que este año vamos a ser testigos de una penosa actuación, al nivel de los partidos amistosos donde nos han sacado los colores como Campeones del Mundo.
    Vicente...jubílate.
    Lo que sería genial es que Guardiola volviese de su año sabático para entrenar a España y empezar a acumular Mundiales...

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    Respuestas
    1. Los resultados no, querido Alvaro, pero el juego aburrido nos da la razón.

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  2. Si españa sale con el doble pivote de los cojones ante Italia, mejor apagar la tele.

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