El próximo balón de oro

El canto de las chicharras en aquella tierra seca y tratada por el descuido solo podría traer sequía, hambre y pobreza. Los campesinos de manos agrietadas por la azada y piel gruesa cicatrizada por el sol, ya empezaban a recoger lo que habían sembrado meses atrás.

Luis Aragonés se suma a la batalla que Fernando Torres mantiene con el destino y con la realidad. Es curioso que el Sabio de Hortaleza se haya destapado públicamente declarando que con él, Torres sería titular, cuando en 2008 hubo ocasiones en que rehusó a utilizarlo. Cuando criticó el doble pivote de Del Bosque en Sudáfrica, algunos se rasgaron las vestiduras porque no era el momento, ahora el foco es Fernando Torres, la ocasión sí lo merece. Todo recorrido tiene sus momentos y la campaña mediática a favor del niño está llegando a su fin. Como en las guerras, los peores momentos son los de mayor incertidumbre, y esos momentos más temidos son el principio y el final. Esta dulce campaña toca a su fin porque ha de ser ahora o nunca cuando debe emplearse toda la fuerza. Mejor no probar el equipo sin delantero centro no vaya a ser que juegue de forma brillante y el niño se relama la herida en los banquillos.

A tres días de que España juegue ante uno de los rivales más difíciles de doblegar del mundo, la selección está dominada por dudas infames que solo pueden ser producto de decisiones mal justificadas. Hasta la fecha, nadie ha podido comprobar que Fernando Torres haya ingerido una pócima mágica que le convierta en tres días en un buen jugador  y tampoco he oído a Vicente del Bosque dar una sola explicación deportiva y al mismo tiempo razonable por la que se comprenda la inclusión del niño en detrimento de otros. Lo de llevárselo en el pasado mundial tiene un pase natural porque más o menos, libre de una gran temporada, había jugado regularmente. Había salido de una lesión y lo lógico es pensar que Torres era una moneda al aire que te podía salir cara, aunque luego fue una auténtica cruz para los intereses españoles.

Lo que ahora sabemos nos ofrece más incertidumbre que seguridad: Torres necesita 5 ocasiones, si no son claras mejor, para meter un gol; Torres no se va en velocidad absolutamente de nadie; A Torres no le sale un solo regate en ninguna posición del campo; Torres puede quedarse esperando si piensa que Silva, Xavi o Iniesta le van a centrar un balón a la cabeza, Torres tiene muchas dificultades para aguantar el balón de espaldas; y Torres se siente incómodo en el campo por saberse acreedor de un premiazo que no merece. Si alguien le pregunta nuevamente a Del Bosque por la convocatoria de este jugador ¿Qué nos va a decir? ¿Que ha hecho una temporada espectacular? Imposible desde un banquillo, a no ser que seas entrenador ¿Qué tiene unos números sorprendentes? Seguramente por lo negativos que son ¿Qué ha ganado la Champions? También Mata o Romeu y ni el uno es titular ni el otro está convocado ¿Qué Di Matteo se ha equivocado con él? Entonces también Vilas Boas ¿Qué nos ha dado mucho? También nos dio mucho Butragueño y yo no veo que sea seleccionable ¿Qué ha acabado muy bien la temporada? Mejor la ha acabado Rubén Castro en el Betis y va a seguir la Euro en HD.

Todo esto, sin embargo, no es óbice para que juegue ante Italia, se encuentre dos rechaces y se haga el hombre del partido. Como tampoco es óbice para pensar que si ocupase su lugar Michu o Callejón, o el propio Barral por nombrar a alguien, hubiesen  hecho lo mismo en similares circunstancias.

A pesar de ser Del Bosque hombre conocedor de todos estos aspectos futbolísticos, no ha encontrado la valentía necesaria que sí encontró Aragonés para apear a Raúl del combinado nacional.  Vicente es hombre de paz, persona diplomática dónde las haya ha intentado esquivar un lío para meterse en otro peor. Porque el círculo mediático donde desde hoy mismo hay que incluir a Luis Aragonés, no sé si movido por su opinión sincera o por su lógico resentimiento, ya no se conforma con que Torres acompañe a la selección en la Eurocopa. El nuevo paso al frente es que tiene que jugar titular. Nos encontramos ante una situación que no suele ocurrir en las mejores familias porque hemos pasado de llevar a Torres sin motivos deportivos a ponerle en el campo desde el inicio con la misma carencia de motivos.

Dejémonos de masajes terapéuticos porque ni Negredo es hombre para la selección, que encima estuvo aquejada por un problema goleador en el mundial, ni tampoco está Torres desde hace cuatro años para tirar ni un solo cohete como tampoco lo estuvo para tirar un penalti en la final de Múnich. La prueba de todo esto es que el delantero centro tiene la misión excluyente y absoluta de marcar goles. Un delantero centro no juega en un equipo para asociarse con los demás, un futbolista de este tipo solo juega para golear. Si buscas asociación, pon a Mata, Cesc o Cazorla. En las circunstancias actuales, sin Villa, si buscas gol no busques ni a Torres ni a Negredo. De las últimas declaraciones de Mata donde afirma que intentarán <<suplir los goles de Villa entre todos>>  se saca la clara conclusión de que sus propios compañeros no confían en estos dos jugadores y se encomiendan al grupo más que a las aventuras o desventuras que Fernando Torres pueda tener con las redes de las porterías rivales. Si Mata, que lo ve cada día entrenar desde hace un año, confiase plenamente en Torres, sus declaraciones acerca de la ausencia de Villa no habrían reposado en el grupo entero, sino en su propio compañero. A las fases finales no se va a ganar la confianza de nadie, sino que ha de irse con la confianza ganada.

Villa y Puyol rechazaron la invitación a pasar la Eurocopa con la selección, Torres no. Me recuerda a esas escenas en las que el presentador hace cantar a capela al artista invitado a la gala benéfica después de haberse bebido tres copas de coñac. Ya que nos ha hecho el favor de venir, que juegue titular.

Mientras los propios protagonistas nos desvelan la verdad, Torres en el campo y sus compañeros con mensajes entre líneas, la campaña reclama el cetro que por herencia mediática corresponde al jugador de Fuenlabrada. Las hienas hambrientas ya no se conforman con un trozo de la presa, ya quieren la pieza entera. Honores, respeto y gloria que a unos les cuesta tanto ganarse y en ocasiones no conseguir en el campo, a otros se los ceden por la gracia de dios con la misma intensidad que cuando juegan se la niega el balón.

A pesar de ser más invitado que convocado, nunca Fernando Torres estuvo tan cerca de conseguir el Balón de Oro, ese que tanto suplica Cristiano y que tanto gana Messi.  Si las cosas siguen como hasta ahora, un solo gol de rebote a Italia, sumado al del amistoso ante Corea y recordando continuamente el de la final hace 4 años en Viena, será motivo suficiente para presentar la nueva candidatura de Torres a jugador del año.