Si el Real Madrid comercializara una nueva camiseta con el nombre de
Rosell a la espalda a buen seguro vendería más unidades que CR7. José
María Bartomeu, Faus, Freixa, incluso Zubizarreta también podrían ocupar un
lugar relevante en el escaparate de la tienda merengue. Todos ellos representan
la demostración cristalina de que incluso Joan Gaspar hoy en día podría
parecer un fantástico presidente. Lo que no consiguió Cristiano Ronaldo, Ramos,
Di María o Mourinho sobre el césped lo logró un solo hombre sentado en un
despacho. Corren malos tiempos para la caverna mediática, Bakia o Florentino
Pérez; Rosell y su séquito de incapaces les han dejado sin trofeo. Sería ridículo
que desde Madrid algún estamento pudiese reclamar como propia la desorganización
del conjunto catalán. La evidencia de los culpables azulgranas les aleja de
posibles tentaciones. Nunca tan pocos hicieron tanto daño, no solo al
Barcelona en particular, sino al fútbol en general, porque el fútbol desarrollado
por este equipo nos pertenece a todos. La belleza del arte no discrimina nacionalidades
ni religiones, puesto que no es necesario ser egipcio para admirar la pirámide
de Keops o ser culé para admirar a Messi.
19 de abril de 2014
17 de abril de 2014
Aquí yace un equipo histórico
Seguro que están en el fondo de un olvidado cajón de su despacho, quizás en una anotación descolorida al final de un pequeño cuadernillo de presagios, o grabado en los oídos de cualquiera que aquellos días le prestase algo de atención. Quizás sus premoniciones, ayer intuición hoy realidad, estén escondidas en un rincón de su mente cristalina. Guardiola lo dijo sin palabras, lo dijo con su marcha a ninguna parte, lo proyectó en la fugacidad de su retiro, en su espalda rasgada por la daga en aquella rueda de prensa de su adiós, sentado entre Caín y Caín. Nadie supo interpretar su año de luto, sus elegantes silencios, los auténticos motivos de su destierro a las antípodas de Barcelona, del planeta, del fútbol y del club de sus sueños. Guardiola puso tierra de por medio entre su alma y su mente, entre el triunfo y la decadencia. Saltó por la borda al mar como un capitán al que el patrón le ha robado los galones. Supo alejarse de su propia obra porque aquellos días descubrió que bajo la pintura blaugrana solo había recuerdos y bajo los recuerdos barniz y bajo el barniz una capa de óxido oculto y corroyente.
14 de abril de 2014
El prólogo del problema
La puerta se acababa de cerrar mientras se alejaba la escalera sobre el suelo escarchado. Estaba a punto de despegar un avión de la compañía Sol Líneas Aéreas que habitualmente hace el recorrido entre Rosario y Buenos Aires. Era el mes de julio de 2013, doce de la mañana hora local y en apenas 50 minutos se despejaría la decisión más importante que ha tomado el Barcelona en el último lustro. En aquel aparato que se alejaba del Aeroparque Internacional de Rosario viajaba el presente y el futuro de la plantilla futbolística más impresionante que ha parido la historia.
13 de abril de 2014
Perdieron en el Sur porque han perdido el Norte
Las decisiones tomadas por la junta directiva del Barcelona en el último
verano solo pueden inducirnos a pensar que la culpa de la mediocridad culé
la pasada temporada era de Villa, o bien era de Roura, quizás Abidal o incluso
de Thiago Alcántara si estiramos la ironía. En esos movimientos se basó
el diagnóstico culé para determinar la enfermedad de su plantilla tras haber
sido zarandeada por un Bayern de Munich sin Guardiola. La receta ha sido
simple, Neymar y un montón de problemas institucionales, Martino y un montón de
problemas deportivos.
11 de abril de 2014
Morir con los centrales puestos
Evitar un análisis profundo de las ideas tácticas empleadas por Gerardo
Martino a lo largo de la presente temporada sería un ejercicio de humanidad. El
carácter afable y respetuoso del actual técnico culé bien merece ser respondido
con un lenguaje neutro pero honesto al mismo tiempo. El mayor respeto que se
puede alcanzar con una persona respetuosa es teniendo con ella un acto de
honestidad. En la rueda de prensa tras la debacle blaugrana ante el Atlético de
Madrid, decía Martino que la intención de situar a Messi en la banda derecha
obedecía al objetivo de hacerlo un jugador “poco participativo”. Según ha
trascendido a los muros del vestuario catalán, en la charla técnica previa al
encuentro fue un poco menos lacónico. Reflexionó acerca de esta decisión y se
vio obligado a explicar ante las caras atónitas de sus futbolistas porqué había
decidido ahorrar el quebradero de cabeza que restaba sueño a Diego Pablo
Simeone.
10 de abril de 2014
Por esto son del Atleti
Si el fútbol fuese perfecto, en los primeros 15 minutos el Atlético de Madrid debería haber sentenciado la eliminatoria. El Barcelona fue arrollado por un huracán que desde el principio llevó escrito en la frente la palabra semifinales. Simeone salió con un plan para romper la baraja y los azulgranas sufrieron como ya no se les recordaba. En el inicio del partido, cuando menos importa la forma física fueron superados en todos los aspectos futbolísticos que componen este deporte. Al conjunto colchonero solo le faltó acierto para haber hecho del Barcelona una auténtica carnicería como ocurrió la temporada pasada en Alemania. La suerte permitió al conjunto catalán salir vivo del rodillo pero ni pudo ni supo solucionarlo en los 75 minutos restantes. Una nueva historia legendaria donde fue imposible distinguir quién ocupaba el papel de David y quién el de Goliat.
9 de abril de 2014
Jugar sobre el alambre
¿Qué pasaría si el Barcelona con el actual equipo que tiene, tuviese la
misma intensidad que tuvo ayer el Borussia Dortmund? Ya se lo anticipo yo, que
arrollaría a cualquier rival exceptuando al Bayern de Munich e incluyendo al
Atlético de Madrid. Si a la calidad individual de jugadores como Neymar, Messi,
Iniesta o Fábregas se les suministra la misma motivación que anoche demostraron
Reus o Lewandowski y se les reducen los espacios para presionar, estaríamos viendo
el mejor Barcelona de Guardiola. La principal diferencia entre este equipo y el
de hace unos años es que este solo corre cuando corre Messi, y el de antaño pasaba
incluso por encima del astro argentino. El conjunto catalán necesita volver a
imponer ese ritmo infatigable y colectivo que señala a aquellos futbolistas que se
toman un respiro en los partidos. Necesita presionar en ataque, correr más
rápido para correr menos. Volver a empujar desde la defensa a los
mediocampistas hacia la línea de presión y alejarlos del círculo central.
Volver a reducir el terreno de juego a las coordenadas donde el conjunto
catalán acumula el talento. Volver a ser un equipo donde la defensa ocupa el área
de los centrocampistas, y los centrocampistas comparten el espacio de los delanteros.
6 de abril de 2014
Rosell ha votado NO
Era el verano de 2011 y Sandro Rosell confesaba en TV3 con mucha preocupación y seriedad las medidas que había tomado su junta directiva para reducir la deuda del Barcelona. Se habían visto en la obligación de pegarle el tijeretazo a las secciones deportivas del club. No había presupuesto para desplazar al equipo de beisbol más allá de Cataluña y al filo de la lágrima admitía que "Sufrimos con ello. Quitamos el cáterin en los actos, nuestros guardaespaldas... (Silencio para tomar aire) E incluso se han dejado de hacer fotocopias en color en el club. Ahora las hacemos en blanco y negro y ahorramos en tóner hasta 30.000 euros". Me alegra pensar que la época de penuria económica ya no habita en la avenida de “les corts”. Lo dice el resultado del referéndum porque el “soci” ha dicho sí al macro proyecto de 600 millones que le han sugerido sus representantes para “estirar la cara del estadio”.
5 de abril de 2014
De aquellos abrazos... Vienen estos lodos
El sol se abría hueco entre algunas nubes sobre la ciudad condal cuando el coche de Sandro Rosell se detuvo en la puerta del restaurante “The Mirror”. Al por aquel entonces presidente blaugrana le acompañaban dos directivos de su junta. Recorrieron los metros que les separaban de la puerta del local entre vítores y aplausos de los aficionados que les instaban a “darles caña”, cuanta inocencia. Ese día era el 3 de mayo de 2011 y el ensanche barcelonés estaba tomado en esa zona por banderas blaugranas y señeras catalanas enarboladas al grito de “presidente, presidente...” Faltaban pocas horas para que se disputase el partido de vuelta entre Barcelona y Real Madrid que determinaría el finalista de aquella magullada Champions.
4 de abril de 2014
Con los niños no se juega
Aquellos que consideren los problemas burocráticos del Barcelona como el
resultado de una conspiración engendrada desde Madrid, están dando categoría de
veracidad posible a las conspiraciones opuestas. La existencia del Villarato y
demás abusos de poder y juego sucio de los que ha sido acusado el club catalán en
los últimos años podrían encontrar un espacio regado con el beneficio de la
duda si se sigue alimentando desde la ciudad condal la teoría de la
conspiración o la mano blanca contra el futuro de la entidad. Si aceptamos que
el grado de putrefacción del mundo del fútbol y la justicia llega al extremo de
pensar que Florentino Pérez aprieta la corbata de Blatter o invita a cafés en
la Audiencia Nacional y la Agencia Tributaria, también deberíamos considerar la
posibilidad de que el Barcelona tenga un poder recíproco en la UEFA, la RFEF o
los tribunales catalanes. A falta de pruebas y de lógica democrática en sendos
casos, el sentido común solo puede conducir a rechazar ambas teorías por la
ausencia de la evidencia.
2 de abril de 2014
Como si se rebelase la Masía
Que el Barcelona no pueda contratar a ningún jugador hasta el próximo año solo puede interpretarse como un regalo al club teniendo en cuenta la directiva que lo acaudilla y el director deportivo de quien depende. Más que un recurso de alegaciones contra la decisión de la FIFA, el presidente culé debería hacerle llegar a Josep Blatter una carta de agradecimiento escrita de su puño y letra por limitarle el poder de decisión y devolverle al camino correcto en la política de contrataciones. El Fútbol Club Barcelona estará obligado en los próximos meses a realizar un acto de contrición forzosa al tener que elegir el punto donde quiere seccionarse la libra de carne para redimir sus pecados.
El minuto 70
Gerardo Martino ha debido de dormir muy poco la pasada noche, le presupongo encogido bajo el edredón con sudores fríos y pesadillas inconexas con el resultado de su equipo. Ayer, durante el partido, se vio obligado a realizar una sustitución antes del minuto setenta. Gerard Piqué daba un espaldarazo sobre el terreno de juego cuando solo se habían disputado diez minutos y el Barcelona tuvo que introducir a Bartra en el campo, un hombre sin nombre, pero en definitiva un hombre. El problema no era la sustitución en sí, no era la pérdida de Piqué y la presencia del joven Bartra, el problema es que había de producirse antes del minuto setenta, lo que sin duda ha debido significar un auténtico sacrilegio en la mente del entrenador culé. No se me ocurre ningún motivo lógico para que el Tata intente evitar por todos los medios las sustituciones de carácter técnico antes de ese fatídico minuto. Quizás el minuto setenta simbolice una barrera supersticiosa en el entorno del preparador argentino, otro polo verde pistacho despojado del cuerpo y aplicado al juego. Quizás si Piqué hubiese volado sobre Diego Costa en el minuto setenta y uno, Martino podría haberse evitado una noche de perros con toallas húmedas en la frente y vasos de agua sobre la mesita.
1 de abril de 2014
El más común de los mortales
Pedro, el jugador del Barcelona, nunca ha pertenecido a esa élite tatuada de futbolistas y ya jamás lo hará porque es objeto de demasiados prejuicios artificiales. Las genuflexiones en fútbol a veces se ganan como en la nobleza, dependiendo del nombre y del título. Las reverencias no se cosechan por las cualidades personales sino por las patrimoniales. No es lo mismo llamarse Cayetana Fitz-James Stuart que Manuela Gómez Pérez, o llamarse Neymar da Silva que Pedro Rodríguez. No es lo mismo ser canario que ser un brasileño de los brasileños de toda la vida. La sociedad arrastra demasiados prejuicios históricos y genealógicos a la hora de respetar los méritos profesionales y personales de la gente. A favor del hijo del gasolinero juegan sus piernas, su velocidad y su capacidad de lucha, en contra juega su nombre y su valor de mercado.
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