Ayer por la tarde, justo antes de comenzar el partido entre Finlandia y España, Juanma Castaño en una mini entrevista a pie de campo pedía a Toni Grande, mano derecha de del Bosque, que justificase o argumentase la suplencia de Víctor Valdés y por ende la titularidad de Iker Casillas. El resultado fue nefasto para el segundo entrenador de la selección. Ni Dolores Cospedal intentando aclarar la “indemnización en diferido” de Luis Bárcenas pudo encontrarse explicando una situación tan incómoda y tan injustificable. Cuando alguien se avergüenza de una decisión y le toca justificarla empiezan a trabarse las palabras en el umbral del balbuceo y los mensajes empiezan a carecer de significado al ser prisioneros de un bucle dominado por el “decir sin decir nada”.