José Carlos del Coso: Esta es mi opinión y afortunadamente solo tengo una. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese.


23 de octubre de 2012

Casillas: Ceder el puesto o perder el mito

Pudiera parecer que escribir en estos momentos un artículo sobre las virtudes y defectos de Iker Casillas podría ser ventajista. Nada más lejos de la realidad, pues si lo hubiésemos escrito hace dos años, unos minutos después de concluir la final de la Copa del Mundo en Sudáfrica, el artículo podría ser tachado en el mismo grado de “desventajista”. Ni antes sería una cosa ni ahora sería la contraria, pues el portero madrileño mantiene intactas las mismas virtudes y los mismos defectos desde que comenzase su carrera deportiva profesional. Ningún aficionado en su sano juicio atendería a una convocatoria demagógica  únicamente basada en sus tres últimas estiradas o en sus tres últimos errores. Alejado del purismo bajo los palos, siempre he mantenido que Casillas es el mejor portero que he visto en mi vida por el mero hecho de hacer paradas imposibles y de haber contemplado cómo un portero desde su exilio en el juego ha servido ligas al Real Madrid en una bandeja de plata. No hablo de una final donde la actuación de cualquier jugador puede ser decisiva, donde la distancia entre el cielo o el infierno solo es separada por la colocación de un codo o el ángulo de rotación de un tobillo. Hablo de actuaciones soberbias, una jugada tras otra y un partido tras otro. Es cierto que entre los puristas de la portería, en la mayoría de casos ex-porteros y naturalmente, porteros en activo, el estilo de Casillas es menos reverenciado por ser claramente poco ortodoxo. Casillas para mucho pero no se sabe cómo diablos para. Mezcla habilidades de un portero de balonmano con otras de uno de Hockey para acabar utilizando técnicas de los porteros de fútbol sala. Posee un manual de respuestas donde la primera y casi única norma son los reflejos bajo palos. Tal es la explotación que Casillas ha hecho de sus actos reflejos bajo el larguero, que ha volcado toda su leyenda casi exclusivamente en esta cualidad.