Ayer se despidió el peor entrenador para los intereses del Fútbol Club
Barcelona que se recuerda en la última década. En unos años la imagen del Tata
Martino apenas se recordará y en su lugar solo quedará su voz en off anunciando
su despedida con una educación modélica. El técnico argentino ha estado
entrenando una temporada en Barcelona y no deja absolutamente nada aprovechable
en la institución. Un mal ejemplo de lo que no necesita un gran club como el
catalán. No ha recorrido los pasillos de la Masía, por lo que no ha consolidado
a ni un solo canterano; No ha logrado obtener un solo ápice de motivación en una
plantilla que lo ha ganado todo años atrás; No ha cosechado ni un solo cambio
táctico que aporte un beneficio mínimo al equipo; No ha conseguido la autoridad
necesaria para imponer sus propios criterios a los futbolistas; Ni ha
conseguido que un solo jugador crea en él; Y no ha desarrollado la personalidad
suficiente para reclamar los futbolistas necesarios a una junta directiva tan
inepta como cínica y maquiavélica. Lo que antes era negativo en el conjunto
catalán, hoy sigue siendo negativo y sin embargo el Tata no deja nada
bueno para cimentar el más inminente futuro.