Ya han pasado
casi dos meses desde que comenzase la competición oficial y a estas alturas se
empieza a dilucidar a qué va a jugar cada equipo en la presente temporada. Dos partidos
en Champions, dos de supercopa y seis en liga son elementos suficientes para determinar
no solo el presente sino el futuro del Barcelona con el permiso del clásico que
puede finiquitar la liga antes de que se haya empezado a disputar. El futbol no
necesita los cien días de rigor que se exigen en la gestión política para
determinar de qué pie cojea el candidato electo. De momento podemos asegurar que
la sensación más generalizada es que este equipo ni siquiera cojea. Hasta el
momento ha disputado diez partidos oficiales y ha saldado nueve victorias y una
sola derrota que le sirvió para perder un título y al mismo tiempo para
analizar asépticamente a su peor enemigo.