Tan solo hicieron falta cinco minutos de partido para que apareciese Abbiati amagando la estirada para atajar un balazo con la mirada. Se encogió de hombros a un palmo de la línea de gol, tan solo le dio tiempo al ademán de alzar los brazos cuando un latigazo lanzado por Messi se cruzó con su mirada. El portero argentino tan solo pudo agarrotar sus músculos y encoger la mirada mientras intentaba ver pasar el balón por la escuadra derecha. Golpeó el Barça muy pronto, golpeó Messi con un zurdazo por la escuadra tras una pared con Xavi en el balcón del área.