El Real Madrid es el único equipo europeo que nunca gana la Champions, el
Real Madrid ganó cinco veces seguidas la Copa de Europa, aún en blanco y negro
ganó otra, en su día la séptima, posteriormente la octava y hace doce años ganó
la novena. Mientras el resto de clubes ganan el trofeo, el conjunto merengue parece
que solo conquista números ordinales en género femenino. Como si sus
logros, objetivamente ambivalentes con los del resto de ganadores, fueran
completamente diferentes por el mero hecho de haberlos conseguido en más
ocasiones que nadie. Si en 1966 hubiese existido la Sexta TV, el titular
en los periódicos hubiese adquirido un doble sentido. Qué periodista medianamente
creativo se hubiese resistido al juego de palabras de “El Real Madrid
conquista la Sexta”. Sin embargo, la conquista de la Sexta copa de Europa y
la conquista de la televisión privada no ha coincidido en el tiempo, pues la sexta
siempre ha emitido en color.
El uso metonímico de la expresión “la décima”, sustituyendo lo que todos
percibimos por esa mínima parte que solo perciben unos pocos cuando aspiran a
ganarla, solo puede ser considerado como una herramienta propagandística más
cercana a la soberbia que al orgullo. Si esta noche gana el Real Madrid
habrá ganado “la décima”, si consigue vencer el Atleti, tan solo habrá ganado
la Champions como tantos otros lo han hecho ya. La corriente de enumerar y
recordar la cantidad de veces que el Madrid se ha proclamado campeón está tan
extendida como un virus por todos los medios de comunicación nacionales. En los
frentes europeos, los países suelen ser más respetuosos con los clubes que
participan y con la propia competición.
Lo cierto es que Santiago Bernabéu inventó la competición junto al director del diario
francés L'Équipe y quizás por ese motivo el entorno
merengue considere tener sobre el torneo un sentimiento de propiedad no inferior al que pueda poseer sobre el
trofeo veraniego Santiago Bernabéu. La décima, la dichosa expresión
encierra en sí misma una obsesión posesiva sobre algo tan intangible como la
reputación o la admiración del prójimo. La sensación que se transmite con su
uso es que de partida el trofeo pertenece exclusivamente al Real Madrid, descartando
al diario francés cofundador pues no es un equipo a pesar de su paradójico
nombre, y cada vez que otro club lo levanta es como si sonase la alarma antirrobo en el estadio de la
Castellana. Mientras el resto de clubes codician un bien ajeno, el Madrid
persigue un bien propio y exclusivo, pues nadie en Europa tiene nueve números
en sus vitrinas.
Técnicamente y desde el punto de
vista comercial, sustituir Champions por décima, no tiene rivalidad en el campo
de la prepotencia. Es una forma de
hacer un repaso histórico de la vida burguesa en Europa del club blanco con una
sola palabra. Es un Bocinazo constante
en las orejas del resto de equipos que tradicionalmente han tenido aspiraciones
de conquistar la ansiada competición. El aficionado común lleva doce años
escuchando lo de la décima y no sorprendería que hubiesen temblado los sillones
de la Real Academia de la Lengua por el temor de que el Real Madrid se apropie del número por desgaste si no consigue
ganar en Lisboa. Quién sabe cuándo su propia competición le ofrecerá una nueva
oportunidad tan evidente.
Cada equipo que disputa una final contra el Madrid juega en inferioridad
de condiciones porque juega contra su peso histórico y contra su eslogan.
El ejemplo más próximo es el del Atleti que juega esta noche para ganar el
partido más importante de su particular historia en la competición, mientras su
rival se ha autoerigido en pura historia de la misma.
El axioma madridista de la décima es tan injusto como tramposo, pues es
el Real Madrid el único equipo que está en disposición de conquistarla.
Pareciese que hoy ambos equipos madrileños pelearán por conquistar
trofeos diferentes y desiguales. La consideración más sensata para el
fútbol y para la propia entidad blanca es la de que todas las Champions son
iguales e indistintas, pues en caso contrario alguien podría ponerse a
diferenciar todas las veces que el Madrid ha ganado en Europa y llegar a la
conclusión de que sus primeras cinco copas no poseen el mismo valor de las
últimas por simple lejanía a la fecha de fundación del torneo y a los propios fundadores.
las primeras cinco copas de europa del madrid no deberían tenerse en cuenta. Si ahora presionan a los árbitros, imaginaros lo que no habrán hecho aquellos primeros ños desde que fundaron el torneo.
ResponderEliminaryo siempre considero que el madrid solo tiene 4 champions. yo y mucha gente honesta.
me parece un escandalo k el madrid sea socio fundador de la copa de europa y no le den la misma difusion que al echo de haberla ganado en sus primeras cinco ediciones. eso se llama memoria selectiva a saber que fue mas importante si las carreras de gento o la fundacion de la competicion. todo lo que rodea al madrid huele mal.
ResponderEliminarPara mi las primeras copas del madrid tienen la misma validez k sus trofeos santiagos bernabeu como deja caer del Coso. Saludos a todos.
ResponderEliminarLas primeras Copas de Europa del Madrid son botijos. Esta gente hoy día ya no engañan a nadie, eso era en el siglo pasado.
ResponderEliminarAdemás que se pueden considerar trofeos ilegales porque los consiguieron con un jugador robado, Di Stéfano, y todos los títulos ganados con ese jugador deberían retirárselos por fraude.
De hecho, ya somos muchos, los que no contamos esos títulos en sus vitrinas ni tampoco los del Pelotazo de Aznar.
Aquí lo explican muy bien: http://marbcn2510.blogspot.com