Xavi no estaba en el terreno de juego pero parecía haber corrido diez
kilómetros seguidos, aunque eso con Martino es imposible, su piel parecía
sudorosa aunque realmente estaba impoluta, las cuencas de los ojos pronunciadas
y la mirada perdida en el infinito, como quien mira sin ver nada porque todo su
semblante se centra en sus pensamientos. La palidez de su cara, el hieratismo
de sus pupilas mirando al césped le delataban, jamás recordará lo que vio en
ese instante, sino lo que pensó, estaba aterrorizado, incrédulo, por primera
vez había perdido el control de lo que estaba pasando.
A algunos futbolistas del Barcelona, de tanto descansar se les va olvidar
lo que mejor saben hacer, jugar al fútbol. Cada día parece más evidente que la
sintonía entre Martino y Xavi Hernández dista mucho de ser ideal. Da la
sensación de que el centrocampista culé no comulga con la filosofía de su
entrenador, porque de Xavi dicen tanto sus silencios como sus palabras,
sus miradas como sus gestos. Ese rictus del futbolista culé el pasado sábado
en Anoeta solo expresaba el terror de alguien ha dejado de entender la
estrategia del técnico argentino.
La filosofía de Martino me recuerda a aquellos falsos adinerados que
cuidan tanto su descapotable que jamás lo sacan del garaje para evitar que el
sol desgaste el brillo de la pintura. Con esa planificación de la temporada lo
único que consigue es que ni los demás disfruten del equipo ni el propio
entrenador tampoco. Confieso que soy un nostálgico de aquellos onces que se
recitaban de carrerilla, prefiero los equipazos cortos a los plantillones
ingobernables. El Barcelona se ha convertido en un equipo ambiguo, como si
existiesen dos conjuntos diferentes, uno con los mejores futbolistas al
completo y otro con los parches pegados por un entrenador tan preocupado por el
gran futuro que está dejando que el inevitable presente se deslice por sus
dedos. Ya no hay lugar para aquellas “batallas pequeñitas” que decía Guardiola
y que “provocaban la admiración del mundo”.
Por si algún aficionado aún no se ha dado cuenta, el Tata Martino no da
descanso a sus jugadores, sino que los hace rotar. Una notable diferencia
puesto que la rotación se hace de forma sistemática y planificada, mientras que
el descanso se concede de forma improvisada y justificada de manera puntual e
inmediata. Con un sistema de rotaciones se puede incurrir en el error de hacer
descansar a quien está descansado y de hacer jugar a quien está cansado, ya que
estos amantes de las rotaciones las establecen otorgándoles la graduación de
innegociables. Martino pertenece a ese tipo de técnicos prisioneros del fútbol
enlatado, diseñado al principio de temporada y sostenido en gráficos de posesión
y curvas de rendimientos. Los planes establecidos con tanto tiempo de
antelación matan la intuición y mutilan la creatividad ante la meta inminente. El
técnico argentino vive prisionero de un calendario diseñado con un año de
antelación y ahora se exhibe como un meteorólogo que saca el paraguas bajo el sol porque dijo
hace dos meses que ese día iba a llover.
Tanto cambio de cromos sobre el césped está provocando la
despersonalización del juego culé. Los nombres de sus futbolistas en las
alineaciones aparecen de manera confusa e inestable. La ambigüedad de Martino
puede provocar que algunos jugadores titulares se sientan suplentes y
viceversa. Demasiada incertidumbre cuando a estas alturas de la temporada no
debería existir absolutamente ninguna. Quedan dos meses de competición y el
conjunto culé carece de esa dosis de estabilidad necesaria en el vestuario
porque el máximo responsable ha instaurado inconscientemente un estatus difuso
entre sus jugadores. La falta de continuidad en las alineaciones está motivando
la pérdida de automatismos sobre el césped y el divorcio de asociaciones entre
jugadores cuando se enfrentan a los rivales.
El entrenador del Barcelona ha afrontado su reto cargado con un estigma
que no le corresponde. Ha basado todo el comportamiento del equipo en una
pesadilla observada en la distancia y en el tiempo ante el Bayern de Munich la
temporada pasada. Ha sentenciado que el problema es el agobio muscular y ha
cimentado su diagnóstico en cimientos erróneos. El Barcelona fue arrollado por
el conjunto Alemán porque estuvo dirigido telemáticamente por un entrenador que
se encontraba luchando contra una terrible enfermedad al otro lado del mundo. Y
el Barcelona ha sido arrollado por la Real sociedad porque el entrenador culé
decidió la alineación en pleno mes de agosto.
amos a ver. los jugadores tanbien tienen que descansar que luego pasa lo que pasa a final de temporada
ResponderEliminarEsto huele a TRIPLETE y la sentencia de la liga en el bernabéu. Os vamos a sodomizar culerdos. jejeje
ResponderEliminarCuando estaba Loren Buenaventura no había necesidad de tanta rotación ¿Dónde andará?
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo CRACK!
ResponderEliminarOtro Triplete en blanco?
ResponderEliminarjaja me rio en tu cara chaval jaja
Sostres en estado puro http://www.elmundo.es/deportes/2014/02/23/5309ecfb268e3ecf4a8b4572.html
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo contigo José Carlos. Estas echándole la culpa al
ResponderEliminarTata por rotar al equipo cuando deberías mirar la actitud del equipo,
ahí está la clave del partido con la Real. Pasividad defensiva y presión
nula, eso hizo perder el partido. El Tata se puede haber confundido en
meter a Busquets de interior, creo que ahí tendría que haber jugado
Sergi Roberto, pero Messi estaba, Pedro estaba, Neymar estaba...
¿cuantas ocasiones de gol generaron?. Estamos buscando un único culpable
y aquí lo que hay es autocomplacencia y pasotismo, y eso no lo puede
arreglar ningún entrenador, salvo que corte por la tremenda y renueve el
equipo. La cuestión es ¿quién es ese hombre?, porque por eso se fue
Guardiola.
Te he contestado en diarioam.es, y ahora también aquí.
Saludos.
Según tu razonamiento, el Barcelona no tiene solución este año.
ResponderEliminarTe he contestado: http://diarioam.es/blog/2014/02/24/cronica-diario-am-24022014-diario-de-un-pesimista/#comment-1258786114
ResponderEliminarO espabila o al Tata le quedan 2 telediarios.
ResponderEliminar¿Considerais el caso Neymar un ataque a Cataluña, como dice este experto economista?: http://marbcn2510.blogspot.com.es/