Así es imposible

Aquellos lejanos días se hacían aún más lejanos a cada golpe de recuerdo porque en su empeño por recordar solo podía rescatar unas pasajeras imágenes de un tiempo tan feliz como irrepetible. Su confusa memoria mataba arbitrariamente el pasado porque se hospedaba en una verdad amamantada por el olvido pasajero de sentir lo que nunca ocurrió.

La selección española confirmó su pase a cuartos de final de la Eurocopa en un partido no apto para cardíacos ni para amantes del buen fútbol o nostálgicos de aquella España del toque ya tan lejana. Del Bosque dio por buena la alineación del partido de entrenamiento disputado ante Irlanda y decidió salir con el mismo once titular. Croacia, como todos sabemos excepto Del Bosque, no es Eire y poco faltó para que nos lo demostrasen con un mazazo en la cabeza. El equipo Croata salió presionando la salida de balón de nuestra defensa desde el vestuario. Primer aviso en el que declaraban la intención de no ir a por el empate a dos ni tan siquiera a cero. Tras unos minutos de confusión, España se contagió de ese juego especulativo donde ya aparecían los primeros síntomas de la estrategia rival: Jugarse el partido y el pase en los últimos quince minutos, casi lo logran. Transcurrió la primera parte con un juego trabado y sin apenas llegadas al área mientras Italia solventaba su partido ante la cenicienta verde y ponía a España a un gol del precipicio. En la segunda mitad, Croacia consiguió convertir el partido en un correcalles dominado por Modric, donde el resto de centrocampistas por ambas partes se limitaban a protagonizar el papel de testigo de excepción. España llegó más pero Croacia lo hizo con más peligro. Si no es por Iker Casillas, en estos momentos los jugadores de la selección española ya estarían besando a sus familiares en la T-4 de Madrid. Un cabezazo del sevillista Rakitic en el área pequeña, permitió que el portero español se luciese a cámara lenta volando por los aires para detener la catástrofe. Era la segunda vez que se estiraba porque ya había rechazado un balón cruzado que buscaba la red con puro acento  croata. El bagaje ofensivo de España fue superior en cantidad pero no en peligro. Lanzamientos desde fuera del área y remates demasiado escorados fue todo lo que pudo hacer España hasta que apareció Fábregas inventándose el mejor pase del campeonato para que Iniesta reasisitiese a Navas que pondría fin al drama a puerta vacía a tres minutos del final.

Mientras la selección Española resistía los castigos Croatas en forma de contraataque, del Bosque mascaba chicle compulsivamente sentado en el banquillo. Dejó de mascar chicle y se le encendió la bombilla para dar entrada a Navas sustituyendo a Torres, sí, Navas sustituyendo a Torres. El jugador sevillista se encontró con una Croacia a la desesperada que no necesitó  tapar la autopista derecha de un nuevamente inoperante Arbeloa. Navas recorría su banda  como lo hace siempre, como un diablo, driblaba, llegaba al fondo para centrar al infinito o retrasar el balón porque no había ningún delantero a quién centrar. Balón retrasado y vuelta a empezar para volver a tropezar con la muralla de dos metros compuesta por los centrales croatas. Aportó un gol en bandeja pero no pudo aportar mucho más. Sin noticias de Alonso durante todo el encuentro, ni en defensa ni en ataque, también despareció Busquets que no supo terminar una jugada peligrosa en el área rival y por tanto, lejos de su hábitat natural para seguir con la costumbre en la que le ha sumergido su propio entrenador durante toda la Eurocopa.

Mientras tanto, España bajo las órdenes de Del Bosque seguía insistiendo en jugar por alto, ya sea a base de sacar todos los corners en largo al conjunto con más estatura del campeonato o a base de centros aéreos a la cabeza de ¿Iniesta, Xavi o Silva? Lanzados por las botas de Jesús Navas. Al técnico salmantino se le ocurrió la enésima genialidad táctica: Sustituyó a Silva por Cesc, es decir, hombre por hombre que no es hombre al cuadrado, sino más bien tirar un dado. Salió cara en suertes porque Fábregas se asoció bastante bien pero también pudo salir caro.

España vence pero no convence porque su entrenador se ha empeñado en justificar un sistema trasnochado prisionero de los viejos nombres. La mayor prueba de ello es que dio entrada con el marcador a favor a Negredo a un minuto del final para justificar su sorprendente inclusión en la lista de convocados. Negredo ya tiene limpio el pasaporte para la Eurocopa porque ya ha jugado, cuatro minutos pero ya ha sido utilizado para prestar sus servicios a España. Tan dudosa es su inclusión en la lista como su bautismo de fuego en el campeonato. Con el marcador a favor y con el descuento encima. Del Bosque decide utilizar a un delantero centro en lugar de usar un defensa que asegure el cierre o un centrocampista que aguante la posesión. Cuando juega Navas lo hace sin delantero a quien centrar contra una defensa repleta de armarios empotrados y cuando necesita la posesión de la pelota introduce a un delantero centro que no sabe aguantar el balón. A estas alturas no me extrañaría que los rivales se sorprendan más por las extravagancias tácticas que por el juego de España.

Sin ningún futbolista doblemente amonestado, los posibles rivales en cuartos de final ya saben que España puede disponer de Arbeloa para su próximo partido. Traducido a la realidad, esto significa que ya sea Francia, Inglaterra o Ucrania, pueden prescindir del uso de un lateral izquierdo que cubra la banda derecha de España en ataque hasta que no se produzca la entrada de Navas allá por el minuto sesenta o setenta de partido. Además, podrán gentilmente degustar el sabor tan dulce que supone tener superioridad numérica en cualquier otro sector del campo. La zona de superioridad a gusto del consumidor. El lateral salmantino, además de adolecer de unas cualidades técnicas necesarias para este nivel, sufre un problema de arritmia en el juego y de automatismos ofensivos estériles. Ataca andando, mata los ataques en posición de delantero centro en lugar de desdoblar a su extremo e intenta recuperar su posición a calzón quitado de forma descontrolada a base de cometer faltas muy peligrosas.

Seguramente los Franceses se estarán preguntando si les conviene más enfrentarse en Cuartos a España ahora que nadie le ha comentado a Del Bosque el desaguisado estratégico que tiene en la banda derecha o encender una vela en Notre Dame para enfrentarse a España en la final y que Xabi Alonso pueda disputar el partido llegando limpio de tarjetas para formar el doble pivote. O quizás el mayor interés gabacho consista en que Torres meta un gol en Semifinal para asegurarse la titularidad en los próximos cinco años del único delantero centro del mundo que no vive del gol. De todas formas, ya parece que a Torres no le hace falta ni marcar dos goles por año para permitirse el lujo de deambular entre las defensas rivales defendiendo la estrella de la campeona del mundo como defienden su supervivencia los zombis de Walking dead. Aunque esos viejos torristas, amantes del fútbol en papel cuché, siempre encuentran la salida de emergencia por ser la salida menos ortodoxa pero la más próxima. Con todo un abanico de excusas protectoras, si no está en el mundial es porque está lesionado; si no marca, crea ocasiones; si tampoco crea ocasiones, no se preocupen que crea espacios; si no encuentra espacios, aporta lucha; Y si no le llega para luchar, será por la capa de ozono.

Torres no es más que una víctima de la cabezonería de un seleccionador que no se ha atrevido a rectificar sus decisiones para no reconocer sus errores. Si digo que Torres es muy malo, seguramente esté utilizando un eufemismo de forma generosa. Igual suerte corre Arbeloa y mejor final tendrán Negredo y Albiol que deberían besar los banquillos que pisan en esta Eurocopa por ser el banquillo y la suplencia su única protección. Estos son los principios  de Del Bosque, pero al contrario de lo que decía Groucho Marx, si no les gusta, Del Bosque no tiene otros. Este sistema de doble pivote y de tácticas absurdas da para Irlanda pero no da para mucho más. España va subiendo peldaños en la Eurocopa encarando a rivales cada vez más difíciles arrastrando los mismos problemas desde el principio. Con tiempo para meditar y probar, no parece que nuestro seleccionador tenga mucha intención de huir de un fuego con el que nos acabaremos quemando todos. Cada vez parece más cercana la sensación de que situar a Del Bosque entre los mejores entrenadores del momento es un insulto al fútbol y a la propia inteligencia.