Ayer se despidió el peor entrenador para los intereses del Fútbol Club
Barcelona que se recuerda en la última década. En unos años la imagen del Tata
Martino apenas se recordará y en su lugar solo quedará su voz en off anunciando
su despedida con una educación modélica. El técnico argentino ha estado
entrenando una temporada en Barcelona y no deja absolutamente nada aprovechable
en la institución. Un mal ejemplo de lo que no necesita un gran club como el
catalán. No ha recorrido los pasillos de la Masía, por lo que no ha consolidado
a ni un solo canterano; No ha logrado obtener un solo ápice de motivación en una
plantilla que lo ha ganado todo años atrás; No ha cosechado ni un solo cambio
táctico que aporte un beneficio mínimo al equipo; No ha conseguido la autoridad
necesaria para imponer sus propios criterios a los futbolistas; Ni ha
conseguido que un solo jugador crea en él; Y no ha desarrollado la personalidad
suficiente para reclamar los futbolistas necesarios a una junta directiva tan
inepta como cínica y maquiavélica. Lo que antes era negativo en el conjunto
catalán, hoy sigue siendo negativo y sin embargo el Tata no deja nada
bueno para cimentar el más inminente futuro.
Martino, sin ser el máximo responsable, pero sí un cooperador
necesario, deja tras de sí un equipo desastroso y una entidad en ruinas espirituales.
Cada vez que el Barcelona se ha enfrentado al Atlético de Madrid, el conjunto
culé ha recibido un baño táctico y un guantazo físico. No hay ni un solo motivo
para pensar que el Barcelona podría haber ganado al menos un partido al
conjunto colchonero desde que empezó la temporada. Martino afrontó el partido
con las maletas hechas, si alguna vez las deshizo desde que llegó. Como si
nadie quisiese romper el guión de una liga abandonada por falta de
acreedores desde hace varias semanas. Como si el Atlético fuese el único
equipo que realmente desease conquistar esta competición porque es el único que
ha considerado que la merecía. La falta de personalidad del técnico culé ha
llegado hasta tal punto que solo se ha atrevido a dar un banquillazo a Xavi en
un partido importante cuando ya no puede haber ningún tipo de lugar a las
reacciones ni a la polémica por tomar tal decisión. Toda una declaración de
intenciones en un momento en el que se necesitaban acciones y que solo han encontrado
hueco desde la cobardía y la traición al prójimo por no traicionarse a sí mismo
al menos en una ocasión. En el entorno del vestuario culé es de sobra conocido
que el 8 azulgrana es el futbolista más incómodo con las decisiones técnicas y
tácticas del entrenador. De hecho es el jugador que en mayor número de
ocasiones ha replicado las decisiones que se han tomado desde el cuerpo
técnico. El único que se ha tomado la molestia de pedir explicaciones por planteamientos
y alineaciones que nadie entiende y que ya poco importan.
La sensación que deja Gerardo Martino es la de un tipo que ha recibido un
premio por equivocación. Una beca millonaria para entrenar en Europa a
los que hasta la fecha eran los mejores jugadores del mundo. Se ha dado de
bruces con una dosis de reputación que nunca buscó porque es consciente de que
no le pertenecía. La poca idoneidad del técnico rosarino para el puesto puede
encontrarse incluso en su forma de anunciar su despedida. Reclamar la
responsabilidad total de forma tan sincera es un síntoma de debilidad máxima
e incompetencia extrema. Al menos siempre quedará la sensación de que
durante un tiempo un buen tipo entrenó a un mal Barcelona. Seguramente deje en
la ciudad condal más amigos que ideas futbolísticas, y asimismo siempre podrá
considerarse la persona más honesta en un ambiente culé abandonado al olor a
rencillas, miedos simulados y miradas de reojo. Se va un tipo al que dan ganas de abrazar y un entrenador al que dan ganas de echar a patadas. Adios Gerardo, hasta nunca Tata.
Cuando el avión que aleja a Martino del calvario vivido en Barcelona tome
tierra en el aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires, el técnico será consciente
de que deja un equipo muchísimo peor del que encontró. Sabrá de forma segura
que ha sido un actor de reparto en una enorme farsa emprendida por Rosell y
continuada por Bartomeu, un hilo roto en ese nuevo universo blaugrana que
los actuales dirigentes han proyectado para la entidad. La afición culé ha
perdido un año de fútbol pero el retroceso del club es muchísimo mayor porque
los máximos responsables de la situación actual del equipo no tienen ninguna
intención de tomar ese vuelo que les aleje del calvario que ellos mismos han
construido.
del coso no lo critiques que lo importante en barcelona es que es una buena persona
ResponderEliminarQuizá suene duro, pero es el resultado lo que del Coso ha descrito......
ResponderEliminarayyy estos pensadores que en su vida jugaron un partido de futbol (esa conclusion es la lógica después de leerlo) que p. m. le hizo a ud. Gerardo Martino para que se permita ser tan irrespetuoso? Y esto lo digo por la indignación que ud. me produce en su "opinion" del entrenador y no de los juicios de directiva y aledaños que en eso no tengo nada que oponerle.
ResponderEliminarCoincido contigo.
ResponderEliminarGrave error haber traído a este hombre. En Argentina será un crack, pero el Barça le ha venido grande y no supo imponerse cuando pidió refuerzos y no se los trajeron.
Un entrenador con personalidad habría dimitido y no habría aceptado esta farsa que nos ha costado un año lamentable.
Hay que traer técnicos con carácter y no que bailen el agua a la Directiva.
Y si parece buena persona, pero esto en fútbol no cuenta, ni en la vida tampoco. Además buena pasta se ha llevado.
Os dejo un video para ponerle un poco de humor a todo este asunto, es muy bueno:
http://marbcn2510.blogspot.com.es/2014/03/reaccion-de-hitler-al-madrid-3-barca-4.html#.U3nP-_l_uUI
claro claro. nadie entiende como no han renobado a martino 5 años mas y le han subido el sueldo por la temporada que ha echo. todos los clubes europeos se estan peleando por contratarle en estos momentos y aprobecharse del gran error del barcelona por no renobarle 5 años mas.
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