El Real
Madrid empieza a resquebrajarse por los cuatro costados cuando solo se han
disputado cuatro jornadas de liga. En esta misma competición, hace unos años no
tendría tanta importancia un arranque similar puesto que el rival de antaño
podría permitir mayores distracciones. El binomio tan exagerado de los equipos
más grandes de nuestro país no permite muchos errores porque son plantillas
confeccionadas para no perder más de tres o cuatro partidos en una misma
temporada. Más allá de equivocarse cuatro veces, se extiende el abismo. En una
liga más competitiva, con más igualdad genérica y con mayores escollos por el camino podría
remontarse el vuelo con una mayor facilidad, ahora mismo, quién se lo iba a decir a Florentino, el Real Madrid
empieza a sufrir las consecuencias de una liga bipolar en todos los sentidos
porque claramente no depende de sí mismo sino del resto de rivales que hayan de
afrontar sus encuentros frente al Barcelona.
El análisis
que José Mourinho ha realizado de la situación madridista tampoco es demasiado
halagüeño ni optimista. De las palabras del técnico blanco se puede deducir que
él no tiene la solución, la tienen los jugadores. Es como si la tripulación de
un buque en pleno hundimiento le pregunta al capitán por qué se hunde el barco
y éste le responde que “por vuestra culpa, por vuestra falta de concentración y
por vuestra falta de profesionalidad”. Sí ¿Pero hemos chocado con una roca, hay
un incendio en la sala de máquinas o se ha roto por tensión una plancha bajo la
línea de flotación? El capitán suelta el timón y les dice: “sea lo que sea,
arregladlo, porque es vuestra culpa y yo solo me ocupo del barco cuando flota”.
Con una brecha en el costado del barco, el marinero no sabe si arriar botes o
coger un soplete para cerrar el agujero, eso sí, con mucha concentración al
hacerlo.
La falta de
tensión o concentración que se le achaca a la plantilla madridista es tan falsa
como que Mourinho ha entonado el mea culpa. Porque el entrenador luso usa la
palabra culpa pero no la usa bien. Se declara responsable de la situación por
definición de su cargo, no porque realmente se vea culpable. Mourinho describe
y hace públicos los errores de los jugadores pero no analiza los suyos, ni tan
siquiera los nombra porque simplemente cree que su culpa la produce el hecho de
ser el entrenador, no el hecho de haber cometido algún error.
La crisis del
Madrid se debe fundamentalmente al mal juego que desarrolla el equipo y que ya
desarrollaba mal la temporada pasada. Sin duda, ese es un déficit del que
Mourinho nunca se preocupó porque simplemente el barco llegaba a su destino
cada vez que partía aunque el viaje no fuese placentero. Ni preocupó al
entrenador ni tampoco a una gran parte de la afición blanca. He aquí las
consecuencias. Escondidos bajo un efímero y difuso título de liga, empañado con
más que cuestionables decisiones arbitrales en momentos muy críticos, los
aficionados menos exigentes, limpiaron el vaho que dejan los arbitrales con el
humo de los records goleadores y puntajes redondos. A la pregunta de si han
existido decisiones arbitrales favorables al Madrid, el aficionado madridista
ha respondido 100-121 y 1-2 en el Camp Nou, el polígrafo del tiempo ha
dictaminado que ocultaba la verdad. Este arranque nos ha demostrado claramente
que bajo la pintura reluciente de una plantilla espléndida y un entrenador
carísimo solo había óxido.
El Madrid
actual está construido sobre la base errónea de que juega bien al fútbol, de
que divierte al aficionado, de que tiene un sistema definido y estudiado, de
que tiene al mejor jugador del mundo, a los mejores centrales, al mejor lateral
izquierdo, al mejor Xabi de los Xavis, al mejor delantero centro, el mejor
banquillo, de que Ozil es un futuro balón de oro, de que Kaká regresará, de que
tiene la mejor cantera y al mejor entrenador... Muy pocos se han parado a
pensar en que de ser todo eso cierto, el Madrid no necesitaría mucha motivación
para ganar una simple salida en Getafe. Ni tan siquiera necesitaría bajarse del
autobús.
Polémicas
arbitrales al margen, el Real Madrid se proclamó justo vencedor de una liga
donde muchos quisieron ver en los números finales un fiel reflejo de lo real.
En el fútbol las matemáticas no solo engañan, sino que a su vez, hacen perder
la perspectiva de la realidad. Se hizo ver al aficionado que todo marchaba con
el plan previsto y el madridista de a pie aceptó con firmeza la falacia de que
el equipo no necesitaba ningún retoque. El poder crítico de la masa blanca ha
quedado anulado por la filosofía barata de un técnico sin escrúpulos y poco
pudoroso, y por la realidad de un título cosechado por un camino repleto de
medias verdades. Nadie en el Real Madrid ha querido, durante los últimos meses,
pararse a pensar cómo se han logrado infinidad de victorias, nadie ha analizado
la pasada liga más allá de los resultados; nadie ha profundizado en el interior
de la verdad y únicamente se han quedado con un maniquí sin alma y con faja cuya talla física reza
100-121 y 1-2 en el Camp Nou.
Enhorabuena por su página. Buen análisis de la situación del RMA y de la rsponsabiliad de su entrenador.
ResponderEliminarBien escrito, bien desarrollado aunque los madridistas de Mou no lo veran igual. Enhorabuena
ResponderEliminarSe agradece el halago. Espero que no me debilite.
EliminarYo simpatizo con el barsa más que con el Madrid, pero este análisis me parece un poco exagerado... o al menos el tono. Y eso que concuerdo en que el Madrid ha ganado muchos partidos de la temporada pasada gracias a la providencia, más que a su juego. Pero bueno, mirando lo que pasa ahora, no puedo dejar de notar que el año pasado todas las decisiones arbitrales polémicas parecían favorecer al conjunto blanco, y este, simplemente, no se puede decir que haya tenido decisiones polémicas a su favor. La diferencia está en los puntos perdidos en esta temporada, e invita a pensar que las casualidades no existen...
ResponderEliminarYo también creo que las casualidades, si se repiten mucho, dejan de ser casualidades.
ResponderEliminarCuando después de ver mil veces que Higuaín no le da con el brazo en Valencia y se sigue insistiendo en que fué penalty, hay que ser muy antimadridista.
ResponderEliminarCierto que el juego del Madrid el año pasado no fue nada bueno pero eso sí se comían a los rivales; lo que no es justo es que el antimadridismo oportunista salga a poner en tela de juicio la liga ganada la temporada pasada en BUENA LID. Ya salió a la palestra el Guardiola diciendo que habían ocurrido cosas raras para que ganara el Madrid, honradamente ha sido el Barça el equipo que lleva confeccionando los horarios de los partidos, (el Barcelona juega antes generalmente) desde que Mediapro anda metido en la televisión.
"Rosell no sé que más te puedo dar", Villar dixit.
Por cierto, entre Puyol y Valdés perpetraron sobre Benzema "LA MADRE DE TODOS LOS PENATIES", partido de vuelta en la copa del Rey del año pasado con 2/2 en el marcador; más, el gol anulado en copa de Europa a Higuaín porque Cristiano, que fue empujado por Piqué, rozó a Mascherano, para cogérsela con papel de fumar, el álbitro, por supuesto.
Saludos.
Articulo partidista y oportunista a mas no poder.
ResponderEliminarLa frase "Escondidos bajo un efímero y difuso título de liga, empañado con más que cuestionables decisiones arbitrales en momentos muy críticos" ya deja claro que cualquier cosa que logre el equipo será menospreciada "...y por la realidad de un título cosechado por un camino repleto de medias verdades". Esta claro: Que bueno es el BarÇa, que malo es el Madrid, Mourinho y Cristiano. En fin, nada nuevo bajo el sol.
Obviamente, para el testigo los arbitrajes correctos son los de este año:
ResponderEliminar- Pamplona: el árbitro colabora con el Barcelona en el robo de balón a Puñal, luego no se pitan dos fuera de juegos en la misma jugada... y así marca el Barcelona..., y de paso aprovecha y expulsa a uno del Osasuna.
- Getafe: control con la mano del jugador del Getafe en la jugada sel segundo gol...
Esas dos jugadas representan son entre 3 y 4 puntos (el Barcelona iba perdiendo, está por ver que sin ayuda hubiera empatado).
Lo cual no quita que el comienzo de año del Madrid es malo.
Está clara la "imparcialidad y objetividad" del autor...
Cambiando la palabra título por liderato, las frases "Escondidos bajo un efímero y difuso título de liga, empañado con más
ResponderEliminarque cuestionables decisiones arbitrales en momentos muy críticos" y
"...y por la realidad de un título cosechado por un camino repleto de
medias verdades" se pueden aplicar perfectamente al Barça este año. Que le pregunten al Sevilla y a alguno más.