Era casi la
1:15 de la madrugada, algunas capitales de provincia bajo cero y la escarcha
empezaba a cumularse en las cunetas. Frío lógico para esta época del año. Los
bostezos en cualquier salón de España señalaban la cama desde hacía ya un buen
rato, por el atrayente calor de la cama y por el aburrimiento de la gala. Los
pulgares de las manos ya se habían batido en duelo con los ojos en varias ocasiones
por apretar el botón rojo que apaga la tele.
Courtois
recibió su premio al mejor portero de manos del portero de “aquí no hay quien
viva”, la poca gracia continuó con bromas sobre el color de piel de Iniesta y
un desprecio al Betis por un humorista poco agraciado. Ramos se agarró a su
premio como si fuese el único que fuese a recoger este año, Illarramendi hizo
lo propio por partida doble, e Iniesta pasó el trámite con la timidez del
peregrino que se pasea desubicado por una tierra de infieles. Casillas, que ni
ha jugado limpio ni sucio, simplemente no ha jugado por deseo de Mourinho, dejó
en manos de su presidente la recogida del premio al juego limpio. Casillas
siempre inteligente. Messi ya había recibido en espíritu televisivo y entre
algunos abucheos el trofeo al mejor delantero y mejor jugador de la pasada liga.
Al Barça, campeón de liga, no le colocaron la alfombra roja en una gala más
propia del cine de serie B que del fútbol.
El dedo
pulgar de la mano derecha volvía a acariciar el botón rojo de apagado cuando se
desató la sorpresa. La presentadora de la gala hacía hincapié en el último premio
que faltaba por entregar, el de jugador más valioso. Cualquiera con un poco de
sentido común pensaría que ese premio ya se había entregado a Messi como mejor
jugador, o que estaban confundiendo en la LFP el significado de valioso con el
de costoso. Una redundancia semántica, otra broma absurda del show.
Según Berta
Collado, presentadora, era el premio más importante del año, el más objetivo y
el que todos estaban esperando. Berta nos dijo con insistencia que ese era el
premio que teníamos que valorar mañana. El premio lo otorgaba un programa
informático basado en criterios absolutamente objetivos, como si la elección de
los criterios no implicara subjetividad.
El lenguaje informático
doblega al humano para decirnos que si la liga se jugase en un ordenador y no
en un campo de fútbol, Ronaldo sería el jugador más valioso. El premio al
portugués sobresale del resto porque así lo ha decidido la chirigota mediática
con un razonamiento tan absurdo que podría llevarnos a pensar en que ganar una
Champions en la Play Station es más importante que ganarla en Old Trafford. La
manipulación empieza a coger forma humana en el cuerpo de Ronaldo que recogió
el premio con seriedad pero sin llegar a ruborizarse. Florentino parecía haber
cumplido su objetivo, premiar a Ronaldo sin que se dé cuenta de que el resto
sabemos que el premio es una absurda estafa y manipulación improvisada. Un trofeo
calma egos, un sucedáneo limpia lágrimas, un premio quita vergüenzas de quien
debe estar sentado en la grada pero no debe irse con las manos vacías. Un
agradecimiento burocrático por haber asistido.
El premio,
que nació con el nombre del ganador puesto un día antes de entregarse también
posee su filtro subjetivo intentando encontrar en Ronaldo al futbolista más
efectivo, más importante para su club y más completo. Tan efectivo fue Ronaldo
la temporada pasada que tiró el doble que Messi a portería y marcó menos goles,
tan importante fue para su club que quedó a 15 puntos del Barcelona y tan
completo es Ronaldo que acabó la temporada siendo suplente los últimos partidos
de liga. Tal fue la improvisación bochornosa que el premio buscó en Ronaldo cualidades
que el Luso ni siquiera posee como compañerismo, solidaridad o el sacrificio.
Aspectos humanos analizados por un jurado invisible, desconocido, ausente, inexistente.
Hubiese sido
más creativo otorgar el premio con unos criterios más sólidos e indiscutibles
como hacer un premio que se otorgará todos los años a aquellos futbolistas que
tengan por nombre Cristiano Ronaldo y porten el 7 del Madrid. Cristiano
contento, Florentino aplaudiendo José Ángel Sonriendo y espectadores sin
desengaño.
Decía Cristiano
que "Para mí es un
privilegio, se lo agradezco a mis compañeros, a mi familia.
Gracias". Cristiano Ronaldo agradeció, pero lo hizo mal, pues hubiese sido
más justo que hubiese orientado su gratitud a Florentino Pérez y José Ángel
Sánchez que aplaudían la culminación de su influencia y creatividad desde el
graderío. Hace un año escribía Roberto Palomar
acerca de la campaña madridista para que Ronaldo ganase en 2012 el balón
de oro que “Al final, Florentino se lo va a tener que comprar y dárselo en un
acto ficticio, tipo El Show de Truman, con aficionados de mentira”. Anoche
pudimos comprobar que el presidente madridista empieza a recoger en silencio
las ideas ajenas. El ministro más odiado de la democracia, el ministro Wert,
hizo justicia a la gala entregando el caramelo a Cristiano Ronaldo. Dedo pulgar
en el botón rojo.
Yo también me trage la gala y tampoco salí de mi asombro. En television española que retransmitio la gala dicen incluso que el premio a mejor jugador se lo llevo ronaldo. Messi no existio.
ResponderEliminarAmigo José Carlos, ten en cuenta que el poder del dinero puede con todo. Incluso con la dignidad humana. Tiene que existir una MAFIA enorme muy escondida que maneja el cotarro de manera miserable. La central lechera tiene que justificarse ante quien los financia. En el artículo que hoy publicas NO se pueden decir más verdades en menos espacio. La piruleta que le regalan a CR es un subterfugio más que un premio merecido. Todos sabemos que el interés mercantil, comercial y empresarial están por encima de los méritos deportivos. Es una verdadera VERGUENZA. Pero, desgraciadamente, así se escribe la historia. Veremos el balance final de la temporada. Veremos de qué lado siguen cayendo los títulos. Quizá, entonces, nos tocará reír a los demás. Saludos.
ResponderEliminarEn primer lugar se han tenido que inventar un premio para el llorón y en segundo lugar se han tenido que inventar que ese premio es el mejor.
ResponderEliminarBrutal, magnífico artículo, repleto de ironía, mala leche e inteligencia. Bravo!
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